La conexión a internet se ha vuelto una necesidad esencial en todos los hogares. La dependencia de una señal Wifi fuerte y constante para trabajar, estudiar y entretenerse ha hecho que optimizar nuestra red sea crucial. A pesar de ello, muchos usuarios desconocen los factores que pueden interferir con la calidad de su conexión. Uno de estos factores puede estar presente en cualquier rincón de tu casa, sin que lo sospeches.
Los problemas de conectividad suelen atribuirse a la infraestructura de la red o a la distancia entre el dispositivo y el router. Pero, ¿qué sucede cuando el culpable es algo tan común que ni siquiera pensarías que podría ser el origen del problema? En este sentido, explicaremos cómo ciertos objetos cotidianos pueden afectar la señal Wifi y qué medidas puedes tomar para minimizar estas interferencias.
Un enemigo silencioso de tu señal WiFi es el espejo. Sí, ese accesorio que tienes en tu sala, baño o habitación puede deteriorar la calidad de tu conexión. Los espejos reflejan la luz y, lamentablemente, también reflejan las ondas de radiofrecuencia utilizadas por la conexión inalámbrica. Esto puede provocar que la señal rebote en múltiples direcciones, creando interferencias y puntos muertos en tu hogar.
El problema con los espejos y la señal Wifi radica en que estos objetos pueden desviar las ondas, lo cual reduce significativamente la intensidad de la señal en áreas específicas. Si notas que tu conexión es inestable o lenta, podría ser útil verificar la ubicación de los espejos en relación con tu router. Moverlos a otro lugar o reubicar tu enrutador puede hacer una gran diferencia en la calidad de tu conexión a Internet.
Además de los espejos, varios otros objetos y dispositivos pueden interferir con la señal Wifi. A continuación, te presentamos una lista con algunos de los más comunes: