En el 2010, las pantallas curvas en los televisores eran una novedad tecnológica que causó gran entusiasmo entre los consumidores. Su capacidad para proporcionar una experiencia de visualización más inmersiva y envolvente hizo que muchos consideraran que eran el futuro de la televisión. Sin embargo, con el tiempo, la demanda de estos televisores inteligentes disminuyó considerablemente y hoy en día ya no se venden en el mercado. Aquí te explicamos las razones detrás de esta tendencia y por qué las principales marcas han dejado de fabricarlos.
En 2013, ya se veían los primeros televisores curvos. Fabricantes tales como Samsung, LG, o Sony, entre otros, lanzaron su propuesta de gigantescos paneles curvados. Aunque en su momento tuvieron mucho sentido debido a que el usuario quería abarcar más ángulo de visión, también tenían claras desventajas frente las nuevas tecnologías. A continuación, te detallamos las principales causas de la desaparición de los televisores con pantallas curvas.
La fabricación de pantallas curvas es más compleja y costosa. Esto ha originado que dichos TV tengan precios elevados en comparación con los televisores de pantalla plana.
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Aunque los televisores curvos pueden proporcionar una experiencia de visualización inmersiva, algunos usuarios han informado problemas con la distorsión visual en los bordes de la pantalla debido a la curvatura. Además, señalaron hay reflejos y deslumbramientos no deseados.
La curvatura de la pantalla puede limitar las opciones de diseño para los televisores, lo que puede hacer que los smart TV curvos sean menos versátiles cuando se coloquen en el hogar.
La tecnología de las pantallas planas ha mejorado significativamente en los últimos años. Ahora, son más grandes, delgadas y con resoluciones altas. Estos avances han reducido el atractivo de las pantallas curvas.
A diferencias de otros televisores con otros sistemas operativos, los smart TV con Android TV te ofrecen los siguientes beneficios:
Para transmitir la pantalla de la portátil a un smart TV, el requisito principal es tener Windows 10 o Windows 11. Asimismo, el televisor y la laptop deben estar conectados a una misma red, es decir, que compartan el mismo modem router. Se recomienda que se haga vía wi-fi, ya que la idea es no utilizar cables. Luego sigue estas instrucciones: