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Tecnología

Kingston Fury Beast RGB DDR4 16 GB review: una buena señal tras la compra de HyperX

Kingston relanza su línea Fury sin el branding de HyperX con modelos preconfigurados tanto para Ryzen como Intel. ¿Son mejor opción a futuro?

Los productos Kingston siempre gozaron de buena reputación en el sector de las memorias RAM. La marca, sin embargo, tomó rumbos más extensos e incursionó en la industria de periféricos externos para gaming con su marca HyperX (lanzada en 2014). Los videojuegos crecieron exponencialmente desde entonces, y dicha división fue adquirida por HP en febrero de este año. Pese a tales hechos, la firma de Fountain Valley en California no abandona sus raíces y sigue en la pelea con toda una línea de memorias hechas para alto rendimiento en juegos: Kingston Fury Renegade, Beast e Impact.

En La República, pudimos probar temporalmente una de estas nuevas líneas (la que más se acomodaba a nuestra experiencia de usuario): Kingston Fury Beast, presentada en dos tarjetas DDR4 compatible con iluminación RGB, cada una de 8 GB y brindando un total de 16 GB.

Contando también temporalmente con una GIGABYTE GA-A320M-S2H, pusimos a prueba el rendimiento general de las Kingston Fury Beast, tomando en consideración que la memoria RAM es solo uno de los muchos aspectos clave para alcanzar una performance óptima. Por supuesto, no escatimamos la relación con el procesador como primer requisito, nos aseguramos una modesta AMD Ryzen 5 3600XT.

Estimamos que todo esto, sumado a un disco SSD para el sistema y algunos títulos de amplios assets en HDD (Western Digital modelo Black) nos brindarán un approach particular pero posible en medio de una escasez generalizada de componentes. Por suerte, las memorias RAM son de los elementos más flexibles en cuanto a compatibilidad dentro de todo build para PC y es muy factible adquirirlos por separado (y para más adelante), fuera de un proforma para una computadora completa.

La marca Fury renace de las cenizas

Beast pertenece al trío de líneas con las que Kingston está recuperando su marca Fury, fuera de todo lo relacionado con HyperX. En este caso, no se trata de la gama top (esa etiqueta está reservada para las Renegade), sino de la inmediatamente inferior.

Ambas se ofrecen en variables con y sin luces RGB, y resulta curioso que, solo en Beast, no haya diferencia de velocidades entre los modelos con o sin este elemento visual (algo que sí sucede en la serie Renegade). Hay kits de hasta 64 GB, pero nosotros solo pudimos admitir 16 GB.

Las velocidades admitidas por esta línea son de 2,666 MT/s hasta los 3,733 MT/s. Como es habitual todavía en DDR4, es mucho mejor depender de la densidad (en este caso, 16 GB) que de cualquier velocidad aparentemente superior, y lo será al menos por un tiempo hasta que la quinta generación (DDR5) se establezca mejor en el mercado.

El kit de 16 GB no es, evidentemente, el más popular para este tipo de productos de alta gama. La mayoría de placas madre y procesadores compatibles admite un rendimiento superior que exige los 32 GB de memoria para explotar su máxima. Aun así, con este par de sticks que obtuvimos temporalmente de Kingston, pudimos hacer algunas pruebas interesantes:

Según la propia Kingston: “La serie Fury DDR4 RGB brinda un aumento en el rendimiento con velocidades de 3733MHz mientras brinda efectos ‘impresionantes’ gracias a sus luces RBG, además de latencias CL15-19, overclocking automática Plug N Play para velocidades de 2.666 MHz y perfiles preconfigurados para Intel (XMP) y AMD (DOCP)”.

Beneficios escasos, pero justos

Poco es exagerado de lo que menciona la propia marca y podemos señalar, entre los principales pro de esta serie, lo siguiente:

  • Las luces RGB son adecuadas y brindan y mejoran notoriamente la impetuosidad de cualquier build gamer pensado para impresionar.
  • La configuración acorde con las AMD Ryzen funcionó perfectamente y dada la vigencia de algunas placas AM4 con la serie Ryzen 5000, es probable que las Kingston Fury Beast sean una de las mejores alternativas para ese dúo.
  • La tecnología de sincronización infrarroja lanzada en 2018 (con HyperX) sigue vigente en estas nuevas memorias y funciona adecuadamente.

Por supuesto, el gran factor de decisión en un periférico tan importante es el precio. Por ejemplo, un Kingston Fury Beast con RGB cuesta alrededor de 100 dólares (en tiendas online globales) en su versión de 16 GB. Algo similar a lo que todavía cuestan las versiones que mantienen el branding de HyperX. Esto toma particular importancia si tomamos en cuenta lo que la misma marca asegura: que se trata de casi el mismo producto.