Quizás no lo sepas, pero todos los dispositivos que conectas a internet (PC de escritorio, laptop, smartphone, entre otros) poseen una dirección IP que viene a ser un conjunto de números que permiten identificarte mientras navegas.
Según detalla Xataka, un portal especializado en tecnología, las siglas IP significan Internet Protocol (Protocolo de Internet) y son como el DNI de tu equipo; es decir, otro dispositivo no puede tener la misma dirección.
De acuerdo con la publicación del citado portal, existen dos tipos de direcciones IP. Tenemos las IP públicas, que son asignadas por la empresa que te brinda acceso a internet. Aunque estas suelen ser fijas, pueden cambiar cada cierto tiempo.
Las IP Privadas, por su parte, son aquellas usadas en redes domésticas. Por ejemplo, si conectas varios equipos (teléfono, impresora, smartphone, entre otros) cada uno tendrá su propia IP para que no haya conflicto entre ellos.
Diferencia entre IP Pública y privada. Foto: Computer Hoy
En la actualidad, existen muchas páginas que te permiten conocer tu dirección IP pública. Entre las más populares tenemos a ¿Cuál es mi IP?, Ver mi IP y IONOS.
¿Y para las IP Privadas? Esto dependerá de tu dispositivo. Por ejemplo, si tienes una PC de escritorio o laptop con Windows 10, tendrás que ingresar a la configuración del sistema operativo y pulsar una opción llamada red e internet.
Se abrirá una ventana donde deberás elegir ‘ver las propiedades de red en Windows 10′. De forma inmediata, verás la IP privada de tu computadora dentro de tu red doméstica.
Aunque parezca solo un número inofensivo, usando el número IP es probable que puedan conocer tu ubicación. No una exacta, como dirección de tu casa, pero sí la ciudad desde donde te conectas a internet.
En casos más extremos, incluso, puede usarse para revelar otros datos como los navegadores más utilizados, qué versión del sistema operativo estás empleando, entre otros datos más privados. Por fortuna, existen formas de esconderla.
Hay dos formas de ocultar tu dirección IP. La más sencilla es mediante una web proxy, es decir, una página que actúa como intermediario entre tu dispositivo y la internet. Sin embargo, la navegación será más lenta y estará llena de publicidad si el servidor es gratuito.
El segundo método es a través de las redes VPN que funcionan de forma similar a las web proxy, con la diferencia de que no solo ocultan tu dirección IP, sino todo lo que haces en internet, de forma que nadie puede espiarte.
Existen redes privadas virtuales gratuitas y de paga. Las primeras son más lentas, ya que incluyen publicidad, mientras que las segundas son más rápidas, estables y puedes personalizarlas de acuerdo a tus gustos.