A solo 45 kilómetros al norte de Ica, emerge un tesoro escondido en las profundidades del desierto peruano: el impresionante Cañón de los Perdidos. Este oasis de cuatro kilómetros de extensión es mucho más que un capricho geológico, es un viaje en el tiempo, un recuerdo de cuando toda la región era un vasto océano hace 39 millones de años, ahora inmortalizado en roca.
El enigma detrás del nombre del Cañón de los Perdidos se sumerge en las brumas de una leyenda local que ha perdurado en el tiempo. Inicialmente conocido como el Cañón Amarillo por los pescadores de Ocucaje que lo descubrieron en 2009, su identidad tomó un giro inesperado en 2011.
En aquel año, las autoridades locales se vieron envueltas en un episodio de extravío en la zona, lo que llevó a bautizar el cañón con su nombre actual. Esta fusión de historia, mito y realidad añade un aura de intriga al paisaje, convirtiéndolo en un destino aún más irresistible para los aventureros y curiosos que se atreven a adentrarse en sus profundidades.
La travesía hacia este oasis comienza a 69 km al sureste de la ciudad de Ica, en el distrito de Santiago. Aquí, en medio del árido paisaje, los aventureros se preparan para una jornada de descubrimiento que desafía el tiempo y la distancia. El recorrido, que dura aproximadamente 8 horas, ofrece una caminata de 45 minutos ida y vuelta, pero es solo el inicio de una exploración que abarca más de 5 kilómetros de longitud y más de 100 metros de altura.
Partir desde la Plaza de Armas de Ica por la mañana es el punto de partida, pero el viaje se convierte en una experiencia completa con la compañía de una agencia de viajes certificada. Aunque el lugar aún no está protegido por el Estado, el costo por persona oscila alrededor de entre los S/120 a S/150, si se decide ingresar con un experto en el área.
Foto: Chullos Travel Perú
Con una edad recomendada de 14 a 16 años debido a la exigencia física del recorrido, los viajeros deben tomar precauciones si llevan consigo a los más jóvenes de la familia. Sin embargo, la aventura vale la pena, ya que el Cañón de los Perdidos despliega sus secretos con cada paso, revelando restos fósiles de ballenas, dientes de megalodón y conchas marinas que yacen como testigos silenciosos de la antigüedad.
Además, una laguna forma parte del tour, lo que ofrece un refugio sereno en medio de la aridez del desierto.
Viajar puede ser una experiencia emocionante y enriquecedora. Aquí tienes algunas recomendaciones generales para que tu viaje sea más seguro y placentero: