“Si (las muertes) fueran de mujeres cisgenero o, biológicamente, nacidas mujeres, la situación fuera diferente, pero como somos chicas trans nadie nos presta atención”, menciona una integrante de la comunidad LGTBIQ+ mientras marcha junto con otros cientos de personas en el centro de Lima para pedir justicia frente a los crímenes de odio contra mujeres trans, acontecidos este 2023.
La declaración de la manifestante tiene un sustento trágico. Tan solo en lo que va del año se han reportado seis asesinatos transfóbicos en el Perú, de acuerdo con el reporte de medios elaborado por la Unidad de LR Data.
Si bien estos crímenes acontecieron en regiones diferentes, todos tuvieron en común la indiferencia de las autoridades. Prueba de ello es que, hasta el momento, no se ha capturado a ningún responsable de tales homicidios.
El primer transfeminicidio tuvo lugar el 20 de enero en la región La Libertad. La víctima fue Erika Quintana Ávalos, de tan solo 20 años de edad. Dos días después, en Arequipa, un crimen del mismo tipo finalizó con la vida de Ale Castillo Limache (22).
El 12 y 13 de febrero, en Lima, asesinaron a Priscila Aguado Huatuco (30) y a Ruby Ferrer (30), respectivamente. Luego, se registró el crimen de Cataleya en Amazonas y, seguidamente, el 17 de febrero asesinaron a Camila Sanchez (20) en Lambayeque.
Hasta el momento, ninguno de los responsables de estos seis crímenes ha sido capturado. Las investigaciones, según denunciaron miembros de la comunidad LGTBIQ+, son lentas y no tienen un real interés por parte de la PNP.
Una indiferencia que podría cobrar más vidas, pues, de acuerdo a declaraciones de la comunidad LGTBIQ+ para este medio, mafias extranjeras estarían detrás de los crímenes. Al menos, se presume que ese es el caso de las muertes ocurridas en Lima, cuyas víctimas fueron trabajadoras sexuales.
“Necesitamos que el Estado haga algo con estas mafias extranjeras que están acabando con nosotras. Nos cobran hasta S/90 al día o S/300 semanales para que no atenten contra nuestras vidas”, refirió una de las protestantes.
Los crímenes acontecieron en regiones diferentes, sin embargo, todos tuvieron en común la indiferencia de las autoridades. Foto: John Reyes - La República
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En ese contexto, dentro del pliego de reclamos se encuentran las siguientes exigencias:
Si eres o conoces a alguien que ha sido afectada o involucrada en hechos de violencia familiar o sexual, comunícate de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, que cuenta con un equipo especializado en “brindar información, orientación y soporte emocional”. Además, la Línea 100 tiene la facultad de derivar los casos de violencia familiar o sexual más graves a los Centros de Emergencia Mujer o al Servicio de Atención Urgente. Este servicio atiende las 24 horas, todos los días del año (incluye feriados).