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Sociedad

Juliaca despide con dolor a sus víctimas de la represión tras protestas en contra de Dina Boluarte

Población de la Ciudad Calcetera se lamenta y entierra a sus muertos con sentido homenaje en el cementerio de la localidad. Otros fallecidos fueron trasladados hasta sus provincias y distritos de la región de Puno.

larepublica.pe
Entierro de víctimas de la represión en la provincia de San Román. Foto: Composición LR/Liubomir Fernández

Escenas de dolor se vivieron en el cementerio de La Capilla de Juliaca, donde ciudadanos despidieron con dolor a sus víctimas de la represión tras protestas en contra de Dina Boluarte y el Congreso de la República.

La población de la Ciudad Calcetera se lamentó y enterró a sus muertos con sentido homenaje en el camposanto de la localidad este 12 de enero por la tarde.

Uno de los entierros más sentidos por la población fue el del Internista de 31 años, Marco Antonio Samillan, quién salió a las calles para auxiliar a los heridos que iba dejando el enfrentamiento entre las fuerzas del orden y los manifestantes. Él quería ser neurocirujano y construir un hospital para atender a la población de bajos recursos, pero un disparo apagó sus sueños.

Un conjunto de sikuris acompañados de su tradicional zampoña (instrumento de viento) fueron parte de su dolorosa despedida; donde la población de Juliaca no dejaba de pedir justicia. Además, se escuchaba claramente cuando los presentes a través de arengas decían “la sangre derramada jamás será olvidada” o “Dina asesina, esta es tu obra”.

Hubo lágrimas, personas que se doblegaron ante el dolor y últimas palabras durante el entierro de Yamileth Aroquipa que con apenas 17 años de edad perdió la vida alcanzada por un proyectil aquel lunes negro en Juliaca.

El padre contó que salieron a comprar alimentos para abastecerse, y fue entonces cuando, repentinamente, Yamileth recibió el proyectil que la hirió de manera mortal. Su padre dijo que su niña, era responsable y humilde. Ella cursaba el segundo semestre de Psicología y tenía como sueño estudiar dos carreras. Además, pertenecía a Entre Patas Juliaca. La asociación de rescatistas de animales.

“Era una niña, no era terrorista” entonaba la multitud. Ellos hacían alusión también a que es una mentira que juliaqueños hayan sido financiados por el narcotráfico o que eran promovidos por Evo Morales, tal como representantes del Gobierno lo mencionaron sin pruebas en sus discursos.

Otros fallecidos, más de la larga lista de personas inocentes que ya no están, fueron enterrados también. Asimismo, los demás ciudadanos fueron trasladados hasta sus provincias y distritos de la región de Puno.

El último adiós se vivió con música de la localidad; y con coronas y flores en honor a las víctimas de la represión. Además, de lágrimas y tristeza de muchas familias destruidas. No hubo entierro en donde no se haya pedido justicia y la renuncia de Boluarte.