La desinformación casi le cuesta la vida a Santos Cruz Abad. El técnico en enfermería no se vacunó contra la COVID-19 porque creía que el contacto continuo con pacientes infectados ya le había proporcionado inmunidad contra la enfermedad. Sin embargo, esta decisión casi le hace perder la vida, pues estuvo en UCI durante cerca de un mes.
El profesional de salud de la microred Tocache, en el Alto Huallaga, región San Martín, estuvo durante 30 días en cuidados intensivos y, 17 de estos, intubado.
“Llegué hasta aquí y salí positivo, ya estaba grave, ya estaban comprometidos mis pulmones. Le doy gracias a Dios por darme una oportunidad más en la vida”, comentó.
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Cruz Abad reconoce que llegó a esta situación por no aplicarse la vacuna en su momento. En cambio, su esposa y hermanos, quienes sí se vacunaron contra la covid-19, no mostraron signos de la enfermedad, a pesar de haberlo acompañado a diversos lugares previamente.
“Ya hoy día estoy casi recuperado al 95%. La vacuna protege, porque mi familia ha estado en contacto conmigo y están bien; recomendamos a la población vacunarse”, añadió Santos.
Ello, en un contexto en el que la ocupación de camas UCI está en incremento. Según los datos del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud (Minsa), el uso de estos espacios se da principalmente entre los no vacunados; las estadísticas señalan que de los cerca de 1.000 pacientes, el 92% no recibió ninguna dosis.