Para Eliana Mamani Miranda la falta de tecnología o teléfonos celulares no son un impedimento para que sus 13 alumnos dejen de recibir sus lecciones. Ella los visita una vez a la semana, casa por casa para enseñarles de forma personalizada.
Eliana es docente de una escuelita de nivel inicial ubicada en Milliraya, una comunidad en la provincia de Huancané en Puno, por lo que debe viajar 60 kilómetros casi a diario durante todas las semanas para instruir a sus alumnos.
Cuenta a la agencia Andina, que en un inicio trató de realizar las labores a distancia y reforzarlas con el programa Aprendo en Casa, pero no había mucha disposición de los padres, pues no le respondían el teléfono y en otros casos no contaban con celulares de alta gama para enviar fotos o videos.
Por ello, decidió visitarlos en sus casas y darles enseñanza personalizada por lo menos una vez a la semana. Al día no puede visitar a todos sus estudiantes, por lo que viaja desde Juliaca hasta Miliraya a bordo de su moto, casi a diario durante la semana, ello pese al estado de emergencia.
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“Yo estuve preocupada por saber si los niños estaban aprendiendo o no, por eso fui a visitarlos. Cuando llamo a los papás no nos contestan el teléfono”, narra la maestra. Trata de tomar todas las precauciones para evitar contagiarse del COVID-19.
Eliana tiene 10 años de servicio como educadora, los alumnos que le ha tocado enseñar son siempre de campo y con escasos recursos. Actualmente en Milliraya sus pupilos tienen 3, 4 y 5 años, a quienes les enseña diferentes actividades, como recortar, pegar, pintar entre otros.