Mónica Cuti
Se acercan las elecciones. En las redes sociales un sector de ciudadanos amenaza con votar en blanco o anular el sufragio. Si es una opción consciente o pensada, es válida democráticamente.
Sin embargo, tiene sus consecuencias. En la última elección regional de Arequipa favoreció a la elección del gobernador Elmer Cáceres Llica.
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Esta opción no se cuenta a la hora de definir la cifra repartidora, el reparto de curules. Se reduce el universo de electores y hay una crisis de representatividad.
La Ley Orgánica de Elecciones (Ley N° 26859) ordena que no entren en el cómputo general.
El docente Federico Rosado plantea el siguiente ejercicio: Si la lista A obtiene el 23%, la B 10%, C: 9%, D: 6%, E: 4%, F: 4%. Otras listas: 9%. Nulos y blancos: 35%. Total: 100%.
Con el voto emitido, las listas E y F no pasan la valla electoral del 5%. No solo no tendrían representación parlamentaria, también perderían su inscripción.
Rosado reitera que sin el voto en blanco y viciado, todos los partidos engrosan sus porcentajes: Lista A : 35%, B: 15%, C: 14%, D: 9%, E: 6% y F: 6%. Otras listas: 14%, cada una con menos de 3%. Total: 100%. ¿Qué lista ganó más con los nulos y blancos? La A: 12. Pero las que más ganaron fueron la E y F, que pasaron la valla electoral. Esas son las distorsiones que ocurre cuando el voto se vicia o se vota en blanco.
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Un voto se vicia o anula cuando la cédula presenta trazos mal hechos en el recuadro de la organización política elegida. Cuando el elector hizo marcas distintas a las de una cruz o aspa (que es lo recomendado). También con la intersección fuera del recuadro, la cédula tiene frases o alguna parte rota, entre otros. La votación se anula si se vota por agrupaciones diferentes.
Mientras más votos blancos y viciados haya, más pequeño será el universo a repartir. Entonces, con la cifra repartidora algunos partidos obtienen más puestos de lo reflejado en la voluntad popular. Ocurrió en las elecciones del 2016. Fuerza Popular obtuvo primigeniamente el 19% del total de votos a nivel nacional, pero terminó con el 56% de congresistas en el Congreso. Obtuvieron esa mayoría a pesar que 1 de cada 4 peruanos inscritos en el padrón le dieron su respaldo.
El sociólogo Raúl Fernández señaló que hay la opción de que una mayoría de votos nulos pueda anular las elecciones y promover que hayan nuevos comicios. Se requiere 66% del total de sufragios. Pero eso es casi utópico, nunca ha sucedido. Así que piense mejor antes de votar en blanco o anular su voto.