Áncash. El Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de la Corte Superior de Justicia del Santa sentenció a cadena perpetua a Roberto Acosta Velásquez por abusar sexualmente de su hijastra desde que tenía ocho años.
Fueron más de cuatro años de investigaciones hasta que el colegiado lo halló culpable del delito de violación sexual en agravio de una menor de edad. Según lo narrado por la menor, su padrastro aprovechaba que su madre salía a trabajar por las tardes para que abusara de ella.
El 5 de junio de 2015, en su testimonio en la cámara Gesell, la víctima describió clara y coherentemente la manera en la que Acosta Velásquez la sometía a continuos ultrajes, en ausencia de su progenitora, a quien no le contaba los terribles hechos por temor a que su atacante la asesinara.
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La defensa técnica de Roberto Acosta rechazó los cargos aduciendo que la denuncia de la menor era motivada por un deseo de venganza en contra de su patrocinado, debido a que este solía llegar en estado de ebriedad a su casa y constantemente agredía verbalmente a su madre.
De otro lado, en Tumbes, Andrés Girón Villavicencio fue sentenciado a 30 años de prisión por el delito contra la libertad sexual en agravio de una menor de 13 años. El investigado fue capturado en el asentamiento humano Las Lomas. Los agentes de la Oficina Regional de Inteligencia (ORI) lo intervinieron por presentar una requisitoria vigente emitida por el Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de Tumbes.