Muchas parejas tienen entre sus planes tener un bebé o varios y formar una familia; sin embargo, a veces esto no llega a concretarse por problemas de fertilidad, una enfermedad que afecta el sistema reproductivo.
Cuando esto sucede surgen muchas preguntas en las parejas sobre el porqué es complicado lograr un embarazo. Si bien, lo mejor es visitar un médico para un tratamiento adecuado, algunas dudas siempre quedan.
¿Quieres saber cuáles son las dudas más frecuentes con respecto a la fertilidad?
Aquí te contamos algunos mitos sobre el embarazo y la posibilidad de tener un bebé, según el doctor Carlos Vergara Herrera, director médico del Centro de Reproducción Asistida Niu Vida.
Antes de los 32 años el 80% de mujeres tiene bebés de forma natural y espontánea. Pero es a partir de los 35 cuando la fertilidad comienza a disminuir rápidamente.
Se calcula que un 15% de parejas deberá someterse a un tratamiento de fertilidad para convertirse en padres.
La edad del hombre y la mujer representa un factor importante en la fertilidad. En el caso de las mujeres, esta se torna más crítica y limitada a medida que adquieren más años.
La fertilidad en los hombres disminuye a partir de los 35 años en un 20% anualmente.
A pesar de ya tener hijos puede haber complicaciones para procrear debido a que la fertilidad depende de diversos factores como la edad reproductiva, calidad de semen u óvulos, capacidad de fertilización, entre otros.
En el caso de que se tengan hijos, esto ayuda en el factor emocional.
La infertilidad por factores psicológicos representa hasta un 5% de las estadísticas. Las emociones negativas como ansiedad, miedo y tristeza pueden afectar funciones biológicas y aún más en situaciones tan delicadas como la concepción.
Se recomienda identificar si la ansiedad de concebir produce estrés e impide el embarazo para buscar una solución en el aspecto psicológico.
Las relaciones sexuales a diario pueden ser determinantes si se coordinan con el periodo de implantación del embrión. Sin embargo, es necesario recalcar que la eyaculación frecuente puede disminuir la calidad del semen y por consiguiente, la fecundación.