El rector de la UNI, Alfonso López Chau, une esfuerzos con los gobernadores regionales para mediar en la actual crisis política. Haber albergado a manifestantes de las regiones en el campus lo favorece en este intento. Su mirada política ha empezado a llamar la atención. Sobre la crisis, la política y sus aspiraciones, reflexiona en esta entrevista.
—¿Cómo se decidió acoger a manifestantes en la UNI?
—En mi campaña al rectorado priorice la responsabilidad social con el eslogan: "No hay desafío más ingenieril que construir una nación". El desarrollo de una nación requiere muchos componentes. A Estado, empresa y academia se agregan sociedad civil y agentes del medio ambiente. La federación estudiantil había recibido a sus pares de provincia. Les dije: “Bienvenidos a su casa”. Estoy sorprendido por el resultado.
—En San Marcos, la policía entró en tanque. ¿Qué opina?
—Lo más importante de una institución son sus principios, fines, funciones. No entiendo la decisión tomada en San Marcos, prefiero no opinar de la rectora por respeto. Iniciamos juntos cada rectorado. Lamentablemente, ella tomó una decisión y yo otra. Sobre la reforma universitaria, constituimos AUNAP y ella siguió con su convicción.
—¿Cómo lidió con el riesgo de que se perciba que apoya actividades donde hay violencia?
—Hemos sido jóvenes. Marché contra una dictadura siendo estudiante de secundaria. Nunca vi a la policía hacer lo que hizo: boca abajo y enmarrocados. Esa foto ha herido la conciencia del país. Me llamó del Cusco la madre de un estudiante, me dijo que lloraba y cuando vio que su hijo estaba en la UNI, le volvió el alma al cuerpo. Me llegó una carta del rector de Puno agradeciendo, lo leyó un estudiante de esa universidad y se le quebró la voz, por sus muertos, y hablaba de la unidad nacional.
—¿Qué explica la violencia?
—No la entiendo. Hay hipótesis: que se preveía represión violentísima o un golpe. Dije a los chicos: cuídense de los infiltrados. He combatido violentistas desde estudiante. En La República escribí contra Sendero.
—El día que intervienen San Marcos, en la UNI hay tanques…
—Me sorprendió. Antes hubo una cita con la presidenta y el premier. Les dije “no permitan que se les perciba como que se pasaron al otro lado”. Salió una ventana: ella pidió al Congreso acelerar el adelanto de elecciones al 2023. Lo dijimos. Veíamos con el Ejecutivo para reunirnos en esos días para tender puentes y pasa esto. El viceministro me contesta sorprendido y en minutos se fueron los tanques.
—¿Quién maneja eso: por un lado diálogo, por otro tanques?
—Me pregunto lo mismo. Puede que algún grupo piense: “Hay que tapar la UNI que es vía de hacer diálogo y no nos conviene sino polarizar”. Diría que hay sectores de la izquierda y en el Gobierno que estaban pensando en polarizar. Es gravísimo.
—En Contraloría, Procuraduría y Congreso cuestionan el uso que dio a un predio estatal...
—Demandaría solidaridad de abogados prestigiosos con la UNI, no por gravedad legal sino por la diferencia de concepciones de universidad. Creen que la universidad prepara robots profesionales y no se piensa.
—Busca con gobernadores mediar en la crisis. ¿Cómo va?
—Muy bien. Nos hemos reunido y juntaremos esfuerzos para evaluar criterios de la asociación de gobernadores y asociación de universidades, e invitar a sectores más amplios para dar nuestra opinión y mediar.
—¿Ya identificó interlocutores del lado de los protestantes?
—Hacemos el esfuerzo. Está la CGTP, la Asamblea de los Pueblos... Es un movimiento vasto. No es de terroristas, radicales de izquierda, esos sectores no tienen el 67%. Hay un descontento. Lo importante es que la arquitectura social produzca líderes.
—Eso es a largo plazo...
—En lo urgente, creo que debe aprobarse elecciones para este año. Y pensaría en un referéndum sobre reforma política.
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—¿Y nueva Constitución?
—Hay que debatir más. Apuesto pero por razones éticas. La Constitución del 79 tiene preámbulo de principios. Se puede recuperar y modernizar. La del 79 fue para salir de una dictadura, la del 93 fue al ingresar. Pero la Constitución del 93 tiene avances, como el referéndum. Y se necesita un compromiso histórico: que izquierda y derecha se pongan de acuerdo.
—Da ideas políticas claras. ¿Tiene un proyecto político?
—Escribí en el 2000 un proyecto nacional. En el 95, hicimos una propuesta. Fue un intento de un proyecto político, no duró nada. No teníamos candidato presidencial, era al Congreso.
—¿Usted aspiraba a ser candidato a la presidencia del país?
—En ese momento. Hicimos Apertura para el Desarrollo Nacional. Solo pude postular al Congreso. Hubo intentos, pero primó concentrarme en la UNI por el cambio con la educación.
—¿Mantiene su sueño de aspirar a la presidencia del país?
—Estoy muy mayor. Apuesto para que los coroneles surjan. Veo a Rohel Sánchez como buen candidato y otros. La condición sería un militante, un voto.
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—¿Cuál es su futuro político?
—La UNI. Un gesto no puede ser motivo para lanzarse a la presidencia. No es suficiente, serio.
—En el Perú suele rechazarse al distinto. ¿Le ha pasado?
—En campaña para rector, dijeron que no era de la UNI. Como buen chalaco, decidí enfrentar eso. Dije: "Ay del hombre que se avergüenza de su madre, no me puedo avergonzar de la universidad que me formó, estoy agradecido". Eso cayó bien, la mayoría son provincianos.
—¿Saldrán cuestionamientos de sus gestiones?
—Siendo director del Banco Central de Reserva, dijeron que saqué millones. Era absurdo y se cayó pronto. En la UNI, mis rivales tienen procesos. Mi gestión es la más exitosa de los últimos 20 o 30 años y nadie cita tanto a la asamblea. Quiero que mi movimiento sea institucional. Soy institucionalista porque es conveniente políticamente y necesario. Hay quienes renuncian para tener más poder. Si pasas a la historia, tienes más poder.