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Política

Desde la Prefectura donde estaba presa, Sada Goray llamó a testigo para chantajearlo

Evidencia concreta. Juan Ricardo Torres, amigo y socio de la empresaria en proyectos inmobiliarios de Marka Group, informó a las autoridades que Sada Goray lo llamó por celular para decirle que “no le haría daño” y que solo quería “consensuar” (arreglar) sus declaraciones. Audio grabado por el testigo confirma que sí se registró el contacto.

larepublica.pe
Viejos conocidos. Sada Goray es amiga y socia de Juan Ricardo Torres en dos proyectos inmobiliarios de Marka Group y es testigo en la investigación fiscal. Foto: composiciónLR

La empresaria Sada Goray Chong, durante el periodo en el que estuvo detenida en la Prefectura de Lima, entre el 7 de julio y el 4 de agosto de este año, por intermedio de su abogado Rolando Leiva Valencia, contactó con el testigo Juan Ricardo Torres Cubas, con la finalidad de que este modificara su declaración ante el Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder (EFICCOP).

Juan Ricardo Torres, quien además de amigo íntimo fue gerente de los proyectos inmobiliarios de Marka Group, Chiclayo Bonito (Lambayeque) y Praderas de Cacatachi (San Martín), en un escrito presentado ante la Autoridad Nacional de Control del Ministerio Público (ANC) relató que el sábado 22 de julio de este año lo llamó por teléfono el brazo derecho de la empresaria, Ítalo Arbulú Ortega.

Torres creyó que trataría con Arbulú asuntos vinculados con los proyectos inmobiliarios.

Congresista. Darwin Espinoza sí se reunió con Sada Goray. Foto: difusión

“(Arbulú) se presentó en nombre de la señora Sada Goray Chong, quien por su indicación directa se me requería que converse ese mismo día con su abogado de nombre Rolando Leiva (Valencia), de forma personal y sin intermediarios, puesto que no era su intención hacerme ningún daño”, describió Juan Ricardo Torres en el escrito presentado a la ANC.

Es decir, si Torres aceptaba, no le pasaría nada. Conociendo el poder de la empresaria inmobiliaria, el testigo accedió a contactarla, de acuerdo con su versión.

Era evidente la intención de Goray de manipular al testigo, según refiere este mismo.

Torres aceptó encontrarse con el defensor legal de Goray en la cafetería Don Mamino de la avenida Primavera, en Surco, a las 5 y 30 de la tarde. Efectivamente, la persona que apareció fue el letrado de Goray, Rolando Leiva, quien, sin muchos rodeos, le dijo que la empresaria le hablaría por teléfono para concordar un mismo testimonio.

Acuerdo bajo la mesa

“Sada Goray Chong tenía el propósito de ‘consensuar la versión de algunos hechos’, a lo que respondí que iba a escuchar lo que me dijera”, señala Torres en el escrito.

“Es así que Rolando Leiva hizo una llamada y me puso al teléfono a Sada Goray, quien se encontraba en ese momento detenida, y de quien reconocí su voz. Ella me dijo: ‘Hola, Juan Ricardo, tú sabes que yo soy tu amiga. Lo que menos quiero es hacerte daño, por lo tanto, te pido que vengas a conversar conmigo a la Prefectura, yo te espero’. A lo que le respondí: ‘Para qué voy a ir’. (Contestando Sada Goray) que: ‘Aquí ya saben todo el tema del atún, por tanto, tienes que venir para demostrar que siempre hemos sido extorsionados’, y luego colgó el teléfono”, explicó en detalle Juan Ricardo Torres.

Goray ha dado varias versiones sobre el supuesto pago de S/1 millón al congresista Darwin Espinoza Vargas (ex Acción Popular) a cambio de promover y aprobar una ley en beneficio del sector pesquero atunero.

El 2 de febrero de este año, en la ciudad de Miami (EE. UU.), ante la fiscal Ángela Osorio Gómez, y el entonces abogado de la empresaria, Telmo Zavala, Goray reconoció que sostuvo un encuentro en su casa con el legislador Darwin Espinoza y su esposa. Juan Ricardo Torres, que se encontraba en un club con sus hijos al costado de la casa de Goray, la fue a saludar y encontró a Espinoza.

Torres, quien admitió haber conversado con el congresista, señaló que como ingeniero pesquero y vinculado a negocios del rubro abordó la temática de la industria pesquera. Negó ante la Fiscalía haber hablado de dinero con Darwin Espinoza.

Al regresar a Lima para firmar el proceso de su colaboración eficaz, Goray, con su abogado Telmo Zavala, ante el fiscal Freddy Niño, precisó en su declaración que no había escuchado que el congresista Darwin Espinoza había requerido dinero.

Sin embargo, cuando fue detenida y su proceso de colaboración eficaz, inició otra solicitud, y en el marco de su manifestación, Sada Goray volvió a mencionar el desembolso de S/1 millón para Darwin Espinoza: S/200.000 y luego S/800.000. Esta información está en proceso de verificación.

Por eso, Goray pretendía que Juan Ricardo Torres dijera que el pago de S/1 millón al congresista Espinoza era cierto, cuando este ya lo había negado ante la Fiscalía.

Cuando Goray le dijo a Torres: “Aquí ya saben todo el tema del atún”, se refería a que había informado al EFICCOP del caso del legislador Darwin Espinoza y su relación con la promoción de la ley en beneficio de los atuneros.

Pero además del intento de Sada Goray para que Torres cambie su testimonio, lo más sorprendente fue que estaba dispuesta a llegar a la cafetería Don Mamino para encontrarse con Juan Ricardo Torres, no obstante que su condición era de detenida en la Prefectura.

Privilegio carcelario

“Ante este requerimiento que me hizo directamente la señora Sada Goray, le dije al abogado (Rolando Leiva) que no tenía por qué ir a verla, pues todo lo que conozco ya lo he declarado ante la Fiscalía y no tenía por qué ir a ponerme de acuerdo con ella, más aún si se encontraba detenida en la prefectura”, relató el testigo Torres.

“El señor Rolando Leiva la vuelve a llamar (a Goray) desde un teléfono que él manejaba. (…) Y escuché decirle que ‘no iba a ir a verla a la prefectura y que mejor ella viniera’, donde yo me encontraba (cafetería Don Mamino). (Entonces) me puso al teléfono otra vez con la señora Sada Goray, quien me dijo: ‘Espérame’ y colgó”, continuó.

Juan Ricardo Torres quedó extrañado ante el anuncio de Sada Goray de que se presentaría en el restorán porque se suponía que la empresaria se encontraba apresada en la Prefectura de Lima, por lo que optó por retirarse para evitar complicaciones.

El testigo quedó, además, perturbado cuando Goray le dijo que no le haría “daño”, lo que interpretó como una amenaza.

“Al escuchar decir esto a la señora Sada Goray, y conociendo que se encontraba detenida, cuestioné al abogado Rolando Leiva (por qué) ella me pide que la espere, si se encuentra detenida. A lo que el abogado no supo cómo explicar que la señora Sada Goray iba a salir de la Prefectura de Lima, en ese momento de la noche. Por este motivo, me retiré de dicho local, pues tuve temor de lo que podía hacer Sada Goray”, argumentó Torres.

Para acreditar la veracidad de su testimonio, el testigo Juan Ricardo Torres presentó a las autoridades una declaración jurada notariada y fechada el 4 de agosto de este año, pocos días después del contacto que tuvo con Sada Goray.

En el mencionado documento, Torres señala que lo que buscaba la empresaria inmobiliaria era “consensuar una versión” sobre el caso de la “ley del atún”, un asunto por el que había declarado el testigo ante la Fiscalía.

“Tomé la decisión de retirarme (del restorán) ante la sospecha de que se trataba de alguna treta o trampa para poder obtener información de mi parte. “Ello (porque) hacía varias meses fui citado a la Fiscalía para declarar sobre una presunta participación en una ‘ley del atún’, siendo entrevistado en aquella oportunidad por el capitán Martínez, ante quien descarté estar involucrado en algún tema de corrupción de parte de Sada Goray”, declaró Torres según el acta notariada.

Para ratificar su versión, Juan Ricardo Torres grabó la reunión con el abogado Sada Goray, Rolando Leiva, en la que, efectivamente, se escucha al letrado plantear la propuesta de reunirse con la empresaria para intentar que el testigo cambie su declaración ante la Fiscalía. También se escucha decir a la empresaria:

“Es lo mejor para todos. Él sabe (Juan Ricardo Torres) que lo estimo y lo quiero un montón, y que jamás le haría algo que lo perjudique. Y que lo estoy buscando, que lo que estoy buscando es un consenso para que no haya más daños colaterales. Así que, por favor, dile que quiero hablar con él”.

La República llamó reiteradas veces a Rolando Leiva, pero no respondió.

Audio revelador

Reunión en Don mamino

El sábado 22 de julio del 2023, Juan Ricardo Torres sostuvo un encuentro con el abogado Rolando Leiva.

—Torres: No tiene sentido que Sada pueda salir (de la Prefectura).

—Leiva: Ella va a conversar contigo…

—¿Pero cómo? (…) Habla, pues…

—(Inaudible) Ella me ha dicho que hay una situación, que ya conversó, que lo peor que se puede hacer ahorita es negar lo que ha sucedido. Eso es lo que ella ya aceptó, ya aceptó…

—Torres: ¿Ella ya aceptó lo del atún? Algo me adelantó…

—Leiva: (…) Lo que ella me ha dicho es que con el tema de colaboración eficaz ha habido algunos vacíos, por eso quiere conversar contigo.

—Torres: Pero qué raro que ella pueda venir (a la cafetería Mamino).

—Leiva: (Inaudible).

—Torres: ¡Es que ella no puede venir, weón!

—Leiva: (Inaudible).

(Entra una llamada para Torres)

—Torres: (respondiendo la llamada) No, no, supuestamente va a venir (Sada Goray). (Dirigiéndose a Leiva): Qué raro, ¿no? Mi esposa dice que no.

—Leiva: ¿Que no?

—Torres: Es que no entiendo, ¿cómo ella (Sada Goray) podría salir (de la Prefectura)? Entra otra llamada.

—Torres responde: ¿Aló? Sí, sí, ya, reina. No, no le puedo contar a nadie y ni a ninguno, me dice, pues no lo estoy contando a nadie… Me está llamando Sada, me está llamando Sada… Ya me dijo (…) que ella sabe todo, que ella ya declaró (a la Fiscalía, dice.

—Leiva: Juan, fíjate (le dice el abogado que escuche una grabación que tiene en su celular, es la voz inconfundible de Sada Goray): (…) (Ella dice): “Es lo mejor para todos. Él sabe (Juan Ricardo Torres) que lo estimo y lo quiero un montón, y que jamás le haría algo que lo perjudique. Y que lo estoy buscando, que lo que estoy buscando es un consenso para que no haya más daños colaterales. Así que, por favor, dile que quiero hablar con él”.

—Torres: ¡Pero yo quiero hablar con ella, pues!

(Sigue hablando Sada Goray) Igual, que le diga a la amiga. Peor va a ser, quiero terminar con esta historia de una vez (…), por favor”. (Inaudible).

—Torres: A la “amiga” ha dicho, o sea que… Pero ella no puede salir, cuñao. Ella no puede venir…
Leiva: No, parece que la han autorizado. (…) No es que venga sola.

—Torres: No es que venga sola, ¿no?

Juan Ricardo Torres recibe la llamada de un amigo. Luego de terminar, le dice a Leiva:

—Torres: No, no, no. Dile que todo sea a través tuyo… Apunta mi número. O, bueno, me llamas a través de Ítalo (Arbulú), que te dé mi teléfono. Pero dile que no, mi esposa me dice que no. Yo estoy por (inaudible), pero no me cagues. Que no hable huevadas. Dile eso.

—Leiva: ¿A ti te dijo? (Inaudible).

—Torres: Ella (Goray) es la que habla tonterías. (Inaudible).

El abogado Rolando Leiva llama a Sada Goray y le dice: “Sada, no. Me dice que no…”. Dirigiéndose a Torres, le dice: “¿Quieres conversar con Sada?”. Juan Ricardo Torres recibe la llamada de un amigo. Luego de terminar, le dice a Leiva:

—Torres: Hola, me dijiste que tu abogado Rolando (Leiva) me iba a decir algo y no me dice nada. Yo no puedo, yo no puedo… Me encantaría, pero no puedo. ¿Mañana (domingo)? Ah, no, no, mañana me voy con mis hijos a la playa. ¿El lunes? Ya sé, ya sé… Ahí no hay nada, pero… (inaudible) Es un tema… No entiendo… Estoy solo. Tú me dijiste que no iba a pasarle nada ni a uno ni al otro y ahora me dices que hable con la amiga. Yo no entiendo qué voy a hablar con la amiga. No entiendo nada. Yo estoy solo. Ya, el lunes. El lunes, pues… (…) Recién lo conozco.