Reformas. El Pleno del Congreso inició este miércoles 9 de junio el debate para las reformas constitucionales que incluyen el retorno a la bicameralidad y la modificación de la figura de la cuestión de confianza.
Luego de aprobar la propuesta para la incorporación de una cuarta legislatura, los legisladores programaron tres días para admitir las iniciativas constitucionales de forma célere antes del 12 de junio, fecha en que termina la presente legislatura, y a poco más de un mes para que dejen sus cargos para los entrantes congresistas.
Para el constitucionalista Omar Cairo, aprobar estas reformas en una nueva legislatura “sería inconstitucional”, ya que la carta magna establece que cuando una reforma constitucional es aprobada en primera votación debe esperar a otra segunda legislatura ordinaria “y no partida en dos”.
“Eso es claramente una clara transgresión al mandato constitucional. Debe hacerse en dos legislaturas. No pueden partir una y convertirlo en dos para simular. No se está cumpliendo con la regla constitucional. Todo lo que se aprueba en esa legislatura es nulo desde el punto de vista del procedimiento”, manifestó a La República.
En esa misma línea, mencionó que “es complicado y altamente inconveniente” que el Parlamento quiera aprobar la modificación de una norma que afecta la estructura de la propia institución y su relación con el Ejecutivo.
Para Cairo, estas reformas, promovidas por APP a través de Luis Valdez, titular de la Comisión de Constitución, se hacen “a sabiendas” de que se elegirá a un nuevo presidente y se instalará un Parlamento para los próximos cinco años.
“Parecen reformas que se hacen para tener incidencia en los cinco años de la gestión posterior. Es decir, para facilitar o dificultar la gestión del presidente o para acceder al Congreso en caso se les permita postular a través de miembros de sus partidos. Es una reforma hecha para generar una influencia y participación en el periodo presidencial y parlamentario”, señaló.
Oscar Urviola
Por otra parte, Óscar Urviola, expresidente del Tribunal Constitucional, sostiene que a pesar de que esta cuarta legislatura del Congreso se puede considerar ordinaria, los parlamentarios no pueden usar esa prerrogativa “de manera inoportuna e inadecuada” para tratar “asuntos tan importantes”.
“La trayectoria democrática que tiene el país siempre determina que las legislaturas ordinarias tienen un periodo de reflexión, entre una y otra, que permite reflexionar lo que se aprobó en una primera legislatura”, mencionó a esta redacción.
El extitular del TC explicó a este diario que, de acuerdo al artículo 206 de la Constitución, para aprobar reformas constitucionales primero el Parlamento debe contar con 87 votos de respaldo en una primera legislatura para posteriormente ir a una segunda votación.
No obstante, aseguró que este no es el caso, pues lo que se hace es pretender cerrar una votación antes del 12 de junio para luego abrir otra legislatura entre el 13 de junio al 16 de julio, no teniendo así el apoyo suficiente “ni el reforzado necesario”.
“Los temas son importantes y merecen mucho tiempo, pero no en estas condiciones, en estas circunstancias. Esto puede conducir o generar desequilibrio o quizás soluciones inadecuadas cuando lo aconsejable es que sea tratado con un mayor detenimiento. Esta intención del Congreso es bastante forzada. No resiste un criterio de razonabilidad”, expresó.
Urviola lamentó que la vigente Constitución del 93 tenga ese defecto de no señalar cuando termina una legislatura ordinaria.
“Eso es carta blanca para que el Congreso se acomode de acuerdo a las circunstancias políticas, cosa que me parece inconveniente. Desde el punto de vista práctico no creo que tengan los 87 votos para aprobar estas reformas. Es totalmente inoportuno”, añadió.
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