Como estaba anunciado por las encuestas previas, el nuevo Congreso que asumirá funciones hasta julio del 2021 se caracterizará por su fragmentación.
Ninguna bancada, a diferencia de lo ocurrido en el periodo 2016-2019, tendrá hegemonía sobre otra. A falta de que los resultados oficiales de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) confirmen el conteo rápido de Ipsos, las bancadas que han conseguido superar la valla electoral y que, por lo tanto, tendrán representación en el próximo Pleno son Acción Popular (10,1% de votos válidos), Frepap (8,9%), Perú Podemos (8,2%) Alianza para el Progreso (8%), Partido Morado (7,5%), Fuerza Popular (7%), Unión por el Perú (6,9%), Frente Amplio (6,1%), Somos Perú (5,6%) y Juntos por el Perú (5,1%), aunque, sobre todo en el caso de este último la palabra final la tendrá el conteo de la ONPE.
Atrás, sin opciones de conseguir un espacio en el Legislativo, quedaron Democracia Directa (4,2%), Partido Popular Cristiano (3,9%), Perú Libre (3,5%), APRA (2,6%), Avanza País (2,5%), Perú Patria Segura (2,3%), Vamos Perú (2%), Renacimiento Unido (1,7%), Perú Nación (1,4%), Solidaridad Nacional (1,4%) y, en el último lugar, Contigo (1,1%).
Hay que considerar que el margen de error del conteo rápido es de +/-1%.
Estos resultados son similares a los que Ipsos también obtuvo en su sondeo confidencial del sábado, que por la vigente ley electoral no se puede publicar dentro del Perú.
Lo que resulta claro es que, a diferencia del Congreso electo el 2016, cuando el fujimorismo llegó a los 73 escaños, esta vez ninguna bancada tendrá hegemonía sobre otras.
Siempre de acuerdo con Ipsos, la repartición de escaños sería como sigue: AP 24, APP 18, UPP 17, Frepap 16, FA 12, FP 12, PP 10, PM 9, SP 7 y JP 5. Igual, lo más recomendable es esperar por los resultados que difunda la ONPE.
Lo primero que salta a la vista es la dura caída del fujimorismo respecto de los resultados que consiguió en las últimas elecciones generales. El núcleo más duro de FP le ha permitido sobrevivir, sin embargo, se confirma que el partido fundado por Keiko Fujimori ha perdido gran parte de la fuerza que en un momento tuvo.
Al mismo tiempo, el que fue su informal aliado en el Parlamento, el APRA, no pasó la valla y se quedó fuera, a pesar de recurrir a candidaturas efectistas para tratar de jalar votos.
De no ser por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), que decidió para estos comicios extraordinarios desactivar la valla de cancelación de inscripción, el APRA hubiese sido desafiliado del Registro de Organizaciones Políticas (ROP).
Lo mismo habría ocurrido con otro histórico, como el PPC. Y con SN, que apostó en la campaña por un discurso ultraconservador, incluso con ingredientes racistas, que no le reportó mayor beneficio.
Para el abogado y politólogo, Juan de la Puente, los resultados han significado un “castigo” para los partidos que tuvieron un papel relevante en el Parlamento que fue cerrado constitucionalmente. “Fueron castigados FP, el APRA, PPC y SN. Los dos primeros, como un efecto continuado del rechazo al Congreso disuelto, y los otros dos por su oposición al cambio. Ojo para los que se siguen resistiendo a las reformas”, señaló.
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Ayer hubo celebraciones y aplausos en varias sedes partidarias. En AP, por ejemplo, algunos de sus figuras más reconocidas, como Raúl Diez Canseco y el alcalde de Lima, Jorge Muñoz, estuvieron con los militantes.
Desde las elecciones municipales de 2018, AP ha recobrado impulso. Los resultados de ayer ratifican su momento. Son la primera minoría. Su presidente y actual gobernador regional de Cajamarca, Mesías Guevara, declaró: "A nadie nos han dado una mayoría absoluta sino relativa. Hay que dialogar, eso es lo que nos han pedido los ciudadanos. Los resultados son buenos, auspiciosos, pudieron ser mejores, pero nosotros no llevamos a ningún exparlamentario ni a figuras estelares. Apostamos por la renovación", señaló.
Es una incógnita cuál será el comportamiento político de la nueva bancada de AP. Es algo que solo podrá conocerse en el ejercicio del trabajo legislativo.
En el caso de APP, se trata de una organización que cuenta también con fondos suficientes para sostener una campaña. La de César Acuña es una maquinaria política con experiencia.
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Acaso la gran sorpresa de la jornada es el Frepap.
Partido fundado en 1989, salió de la brújula de los medios y ahora se perfila –según el conteo rápido– como la segunda agrupación más votada.
En el sondeo confidencial de Ipsos del sábado, el Frepap ya aparecía superando la valla electoral del 5% de los votos válidos. Ayer se concretó su ascenso. Partido teocrático, plantea una lucha contra la corrupción. Por su filiación profundamente religiosa, se entiende que, en temas sociales, defiende una agenda bastante conservadora. Una pregunta que también valdrá la pena responder es si recogió un voto de protesta (junto a otras agrupaciones).
UPP, vinculado con el etnocacerismo de Antauro Humala, es la otra gran sorpresa. Si se confirman las proyecciones de Ipsos, será la tercera bancada.
Respecto a PP, el arrastre de Daniel Urresti (peleó la municipalidad de Lima el 2018), más la inyección económica de su fundador, José Luna, son variables a considerar para explicar su buena posición.
Por el lado del PM, las denuncias en las que se vio involucrado su líder, Julio Guzmán, parece que detuvieron su crecimiento. Tiene sentido imaginar que sin el escándalo del video del incendio en la calle Ocharán, en Miraflores, podría haber aspirado a algo más.
El FA, en tanto, llevará las banderas de izquierda que ha reivindicado en los últimos años. Lo mismo JP, si es que se confirma que superó la valla.
Un dato adicional a tomar en cuenta es que se redujo el gran colchón de indecisos que, hasta hace una semana, bordeaba el 50%. Varios de esos votos han recalado en las agrupaciones que vieron engordar sus caudales electorales.
Este momento de la política peruana es el resultado de la disolución constitucional decretada por el presidente, Martín Vizcarra, luego de que el anterior Parlamento negara por segunda vez en lo que va del actual quinquenio la cuestión de confianza solicitada por el expremier Salvador del Solar.
El conflicto político entre el Ejecutivo y el Legislativo derivó en la convocatoria a elecciones legislativas extraordinarias.
Esta vez, Palacio tendrá en la plaza Bolívar ya no a un Pleno dominado por una mayoría hostil, sino a uno atomizado, con fuerzas más parejas. Las siguientes semanas serán muy útiles para conocer cómo es que estas bancadas se acomodan. Y cuál será la estrategia del Gobierno para negociar con ellas.
Un Congreso con sorpresas, de comportamiento incierto
Ley Orgánica de EleccionesEl nuevo Congreso debe cambiar la Ley Orgánica de Elecciones (LOE), pues de lo contrario los comicios del 2021 se harán con las mismas reglas que los actuales comicios y de nada valdrá la reforma política relacionada a temas electorales. Así lo advirtieron los especialistas Fernando Tuesta y Percy Medina.
“El primer acuerdo debe ser modificar el artículo 4 de la Ley (LOE) para que sea el primer proyecto que se presente a la comisión de Constitución y se apruebe con celeridad para que el presidente lo promulgue como máximo el 10 de abril”, señaló Tuesta.
Asimismo, dijo que se debe revisar las cuatro leyes sobre reforma política, debido a que el Congreso disuelto desnaturalizó la ley en el caso de la paridad y alternancia, así como las elecciones primarias.
Percy Medina consideró necesario que por única vez el plazo de estabilidad de las normas electorales no sea de un año, sino de seis meses.
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