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Política

Jorge del Castillo: “El señor presidente ha terminado aliado con los que no lo dejan gobernar”

“La concentración del debate político solamente está en el tema de las nuevas elecciones. Nadie habla de los planes de seguridad, de gobierno, de las inversiones públicas o privadas, nadie toca eso”.

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Jorge del castillo - twitter - parada militar

Por: Edgar Gamboa H.

Tras la propuesta del presidente Martín Vizcarra de convocar a nuevas elecciones el 2020, varios congresistas se mostraron contrariados. Una de las voces que más resonó fue la del líder aprista Jorge del Castillo, quien considera inconstitucional la propuesta.

¿Esperaban la presentación de este proyecto para adelantar elecciones?

Bueno, no. Como reforma constitucional la verdad es que no. Y creo que no solamente nosotros (los congresistas), sino tampoco los ministros, que se han sorprendido. Lo cual demuestra que no se ha cumplido con la norma constitucional, en el sentido que el mensaje tiene que ser aprobado en el Consejo de Ministros (CM).

¿Y si ese no fuera el caso?

Habría una infracción constitucional, cuya sanción debemos determinar. Para lo cual hay que pedirle el acta al CM y la grabación del mismo, porque de no ser así, la propuesta nace muerta.

¿El mensaje presidencial siempre tiene que ser aprobado por los ministros?

Así lo manda la Constitución. Lo dice en el Artículo 118, inciso 7: que los mensajes del presidente, salvo el primero de ellos, deben ser aprobados por el gabinete.

¿Y en qué se basa usted para afirmar que los ministros no sabían de este proyecto?

Por la cara de sorpresa que pusieron (sonríe). Salvo el primer ministro y el de Justicia, que son los que llegaron con él (Vizcarra) en el carro, cosa que es inusual también. Pero evidentemente aquí hay una falta. Eso es uno. Segundo, tampoco se conoce el texto. Nadie conoce el texto. Quizá sea igual a la propuesta que hizo el Frente Amplio hace poco más de un año, y que no se aprobó.

¿Todavía no han revisado el proyecto entonces?

Todavía no nos han remitido el proyecto.

¿Existe algún antecedente en la historia reciente del país?

Ponen como símil el proceso del año dos mil. Pero ese proceso respondió a otras circunstancias, estábamos en una crisis de fondo, después de una elección fraudulenta, una renuncia de toda la plancha presidencial, la censura de la presidenta del Congreso. Era un momento anormal. Ahora estamos en una situación que puede ser crítica, todo lo que usted quiera, pero que es normal.

¿Y la propuesta del presidente atenta contra esa normalidad?

Claro, porque genera inestabilidad. La concentración del debate político solamente está en el tema de las nuevas elecciones. Nadie habla de los planes de seguridad, de gobierno, de las inversiones públicas o privadas, nadie toca eso. Es más, me llama mucho la atención que el presidente se ampare en lo que le piden sectores extremistas: ‘¡Nuevas leyes de minería!’. Él acepta. O sea, el señor presidente ha terminado aliado con los que no lo dejan gobernar.

¿Y a qué respondería esta posición?

Bueno, me imagino que cuando ha ido al sur, que lo tenía antes a favor y en eso se le cae veinte puntos, se da cuenta que no resulta gobernable el país y de repente decide aprovechar y salir de una vez. Es una lástima que en lugar de haber buscado un mecanismo de entendimiento, haya buscado uno de choque y confrontación.

Lo que se dice desde la oposición en el Legislativo: pechar al Congreso...

Pero al final se termina pechando él mismo. A ver, dígame, ¿cuáles son los logros del gobierno de Vizcarra? Aparte de la reforma política, que no le da de comer a nadie. ¿Cuáles son los logros concretos? Ayer mismo: plan de esto, plan de otro, pero ninguna obra concreta. La única que se ha atribuido es una que no le corresponde, el Puerto de Chancay.

Volviendo al tema de las elecciones, ¿qué camino seguiría el proyecto de Vizcarra?

Primero tendría que evaluarse en la Comisión de Constitución. Si el dictamen es favorable, pasa al Pleno. Si es denegado, se archiva y queda ahí. Si pasa al Pleno, habría que determinar con qué votación se aprueba. Yo no creo que haya necesidad, en el caso de aprobarse la reforma, de referéndum. ¿Cuánto le cuesta hacer un referéndum al país? Teniendo en cuenta que habrían tres elecciones con la primera y segunda vuelta.

¿Y se podría presentar el proyecto como cuestión de confianza?

Una reforma constitucional no puede ser observable por el presidente. Entonces, ¿hasta qué punto sería viable una cuestión de confianza? No lo creo.

¿Pero constitucionalmente podría hacerlo?

Te explico. Si la reforma constitucional es contraria al proyecto de Vizcarra, como él no la puede observar, quedaría ahí, no podría hacer nada. Ojalá lo que venga se pueda hacer en cierta armonía y entendimiento. Por el bien del país.

¿De parte de su bancada hay predisposición a la armonía y entendimiento?

No he hablado con mi bancada, es una opinión personal.

Se lo menciono porque el día del mensaje presidencial no había ningún aprista en las comisiones de anuncio y recibimiento.

Ahora me doy cuenta de que hicimos muy bien. ¡Cuánta razón teníamos!

Y hoy (lunes) usted también se abstuvo de participar en la Parada Militar...

Por dignidad.

¿Cómo considera la propuesta del presidente?

Yo creo que es una falta de respeto a la separación de poderes, a los pesos y contrapesos que debe existir en una democracia. Ahora, el presidente ha tenido una actitud autoritaria. Yo creo que está equivocado en eso. Tiene que respetar, para ser respetado.

Finalmente, en el hipotético escenario de nuevas elecciones, ¿podrían aplicarse las reformas políticas?

Es difícil, porque no alcanzaría el tiempo. A estas alturas, elecciones internas en los partidos, es complicado.