El Apra ha devenido en un aparato al servicio de la impunidad de Alan García. En tanto, su partido está hoy neutralizado por sus conflictos internos y su instrumento de acción política real es la bancada del Congreso.,La desesperación de quienes temen ser hundidos por lo que los funcionarios de Odebrecht digan crece exponencialmente y da lugar a respuestas sorprendentes como la de Alan García, que inunda las redes sociales con textos destinados a ensalzar las obras de su gobierno. Sorprende, porque sus publirreportajes simplemente no convencen, pero en cambio provocan avalanchas de respuestas muy duras, cargadas de sarcasmo, ironía sangrienta, burlas, agresiones y hasta insultos de todo calibre. Haciendo un cálculo elemental de ganancias y pérdidas en el manejo de este medio, uno se pregunta qué tan conectado está García con la realidad. El Apra ha devenido en un aparato al servicio de la impunidad de Alan García. En tanto, su partido está hoy neutralizado por sus conflictos internos y su instrumento de acción política real es la bancada del Congreso. La bancada aprista depara notables sorpresas, empezando por su composición. Si uno pregunta quiénes la forman, más o menos unánimemente le responden que Del Castillo, Mulder y Velásquez Quesquén. Solo los más politizados se acuerdan que también la integra Luciana León, que hace meses está visiblemente apartada de sus tres compañeros, evitando aparecer junto con ellos públicamente. Posiblemente esta sea una consecuencia de la abierta enemistad de su padre, Rómulo León Alegría, con Alan García, quien, cuando estalló el escándalo de los petroaudios, no solo se desentendió de la suerte de León Alegría y su socio Don Bieto, sino los trató de “ratas”. León Alegría rechazó asumir las culpas ajenas, como en su momento lo hiciera Agustín Mantilla purgando prisión por no revelar a quién pertenecían 7 millones de dólares de procedencia sucia, que andaban circulando por la banca internacional. Hasta aquí tenemos cuatro parlamentarios, pero para tener el derecho a formar bancada se requieren cinco. Y hay efectivamente un quinto parlamentario. Es el cuasi desconocido congresista Elías Rodríguez Zavaleta. La historia de Rodríguez Zavaleta en el Apra tiene capítulos de excepción. El año 2008, siendo él integrante de la bancada aprista, informes de la revista Caretas y de El Comercio lo involucraron en una relación con Fidel Sánchez Alayo, hijo del destacado narcotraficante norteño Manuel Sánchez Paredes. En ese momento esto fue un escándalo político que obligó a la bancada aprista a intervenir. Rodríguez Zavaleta dio su descargo y este no convenció a sus colegas. Entonces, ofuscado, pasó de la defensa al ataque: “Aseguró que era víctima de una campaña de demolición al interior del partido y se preguntó por qué, cuando CARETAS (edición 1975) reveló que el exministro Luis Alva Castro tenía como cercano asesor al abogado aprista Luis (sic) Abanto Verástegui, exgerente de Exploraciones Algamarca S.A., de propiedad de los Sánchez Paredes, nadie dijo nada” (Caretas, 28 de febrero de 2008). Antes de que el escándalo creciera, intervino Mercedes Cabanillas. “El partido no puede verse involucrado en este tipo de temas”. El saldo fue que la bancada aprobó por unanimidad la expulsión de Elías Rodríguez Zavaleta del partido. José Humberto Abanto Verástegui, al que Rodríguez Zavaleta aludió para relativizar su propia responsabilidad, es un abogado aprista. Fue asesor parlamentario de Luis Alva Castro en el 2001 y abogado de Orlando Sánchez Paredes desde, por lo menos, el año 2003. Está actualmente involucrado en el caso Lava Jato y es investigado por el Equipo Especial de la fiscalía por presuntos delitos de corrupción y lavado de dinero, debido a tres millonarios laudos arbitrales que expidió a favor de Odebrecht en la Interoceánica Norte y el tramo 3 de la Interoceánica Sur. Es, además, asesor legal de la cúpula del fujimorismo y de algunos de los procesados del caso Los Cuellos Blancos del Puerto. Fue abogado de integrantes del Consejo Nacional de la Magistratura y actualmente es abogado de Jaime Yoshiyama. Por su parte, Elías Rodríguez Zavaleta, expulsado ignominiosamente del Apra el año 2008, retornó triunfalmente como candidato del partido el año 2016 por la región La Libertad. Su elección fue providencial para el Apra, porque aportó el quinto parlamentario electo imprescindible para formar una bancada. No debe perderse de vista nunca que el escándalo Cuellos Blancos del Puerto se inició como resultado de una investigación a un narcotraficante. Las escuchas telefónicas a Gerson Gálvez “Caracol” condujeron hasta los magistrados que traficaban otorgando la libertad a los capos de la droga y limpiando sus expedientes a cambio de dinero. Quienes creen que la corrupción se alimenta solo de las coimas se equivoca. La relación entre política y narcotráfico es fuerte y ha penetrado profundamente en el sistema de justicia. Es importante tenerlo presente para completar el cuadro.