Marx pensaba que las diversas dimensiones de la vida social (la economía, la sociedad, la política, la cultura) eran realidades diferenciadas, pero no separadas y que era posible establecer conexiones causales entre ellas.,Marx es el pensador más grande, más influyente y más controvertido del mundo moderno. Llegó a influir en casi la mitad de la humanidad tanto en la política como en la academia. Sus ideas generaron sueños de justicia, movieron multitudes y produjeron revoluciones. Sus teorías se discutieron y se discuten en las principales universidades del mundo. Miles de libros se han escrito para defenderlas o para rebatirlas. Una gran parte de la cultura moderna se ha construido en torno a la figura de Marx. Fue un intelectual y un político que buscó la igualdad y la justicia e indagó, con ese fin, las condiciones materiales, económicas y sociales, que explican las desigualdades del capitalismo y que impulsan a las multitudes a la lucha social y política. Marx, como fiel creyente en la razón, buscó vincular la teoría con la política o, si se quiere, dar una base racional a sus apuestas políticas. Marx pensaba que las diversas dimensiones de la vida social (la economía, la sociedad, la política, la cultura) eran realidades diferenciadas, pero no separadas y que era posible establecer conexiones causales entre ellas. Esto lo condujo a discutir dos temas decisivos para la teoría y para la política: la relación entre la estructura y la superestructura y la relación entre los actores y la estructura. Marx sostuvo un cierto determinismo de la estructura sobre la compleja superestructura (cultura, ideología, política, estado), pero, en sus escritos políticos, Marx subrayó la capacidad de los actores (individuales o colectivos) para incidir en la estructura. El individuo de Marx no es ontológico (como el de Locke) sino acotado, de modo social (todos) o situacional (Napoleón III o Espartero). Marx mismo ha contado los virajes y ajustes de cuentas en su largo itinerario intelectual y político. Pueden diferenciarse varios momentos de profundizaciones (cuatro quizás) que acaban en rupturas, especialmente de 1850 en adelante que es el período de mayor autonomía intelectual y política de Marx. Grosso modo se puede afirmar que transitó desde la apuesta de la emancipación humana de La Cuestión Judía (que no solo elimina las desigualdades en el campo de la política sino también en el campo económico y social) hasta el comunismo que supone la instauración previa del socialismo y de la dictadura del proletariado (Crítica al Programa de Ghota). Este tránsito va acompañado de los siguientes cambios en su proyecto intelectual y político: Reemplazo de la teoría de la enajenación de Manuscritos económico-filosóficos por la teoría de la plusvalía de sus escritos económicos de madurez; abandono de la teoría del Estado moderno como realidad contradictoria (igualdad jurídica política asentada sobre la desigualdad económica y social) para afirmarlo como estado al servicio de una clase (dictadura de clase); reemplazo de la sociedad civil como esfera de necesidades individuales que se resuelven socialmente en el mercado y en la división del trabajo (como Adam Smith y Hegel) por las relaciones sociales de producción que son su “anatomía”.