El Estado convertido en botín

La lista del autodenominado Bloque Democrático que candidatea para conducir la Mesa Directiva del Congreso es parte de la alianza conservadora que dirige al país y que es partícipe de la repartija de puestos y recursos del Estado. Han intercambiado respaldo al régimen solo para que Dina Boluarte dure hasta el 2026, a cambio de prebendas.

Salhuana responde a los intereses de Cesar Acuña, así como Patricia Juárez representa a Keiko Fujimori en esa troika que controla el poder, y así sucesivamente, el hermano del prófugo o el oportunista Cavero. Todos saben cuál es la moneda de intercambio y votan juntos para aprobar, por ejemplo, al contralor a la medida que ya sabe que el puesto representa hacer de la vista gorda y pasar por alto todo tipo de tropelías.

Es el Congreso del 4% que sostiene al Gobierno del 5% en un remedo general de mandato que muchas veces linda con lo delincuencial. Es el caso especifico de Eduardo Salhuana, promotor de los mineros ilegales, que ya consiguieron su parte en esta repartija.

Así que los partidos políticos representados en el Congreso serán corresponsables de atar los destinos de una institución clave para la democracia a una maquinaria delictiva que depreda los bosques, promueve la trata de personas, asesina a defensores amazónicos y envenena los ríos. Solo para hablar de la desgracia que ha representado para Madre de Dios la presencia de la minería ilegal.

En el resto del país, la millonaria maquinaria que genera 8.000 millones de dólares anuales sigue sembrando destrucción, como en La Libertad, con asesinatos, sicariato y una industria del secuestro a la que el gobernador regional, César Acuña, es incapaz de controlar.

Siempre se previno sobre la posibilidad de que las organizaciones criminales tomaran control del aparato estatal. Ahora es una realidad e incluso están habilitados para dar leyes.