¿Qué futuro se le puede atribuir al partido del hermano Nicanor? Una respuesta automática es que no muy brillante. Pero quizás no son grandes brillos lo que la familia Boluarte quiere, sino solo un lugar en el negocio de la política. Cualquiera que sea el objetivo, el combo de Nicanor Boluarte y sus prefectos está trabajando fuerte en estos días.
Dina Boluarte, la figura más destacada de la potencial agrupación, tiene algunos problemas. Por la forma en que llegó a la Presidencia, es casi seguro que no podrá candidatear, en lo que equivaldría a una reelección. Además, es muy poco probable que su mínima aprobación popular suba de aquí a las próximas elecciones.
Pero habría una que otra pequeña ventaja. Aun si ella no candidatea, su nombre tiene un importante reconocimiento de marca en el país, y sería un activo para un partido prácticamente desconocido. Además Dina Boluarte seguiría ocupando el Ejecutivo, lo cual sirve para algunas formas de logística electoral de último minuto.
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Debemos entender que aquí se trata del paquete estándar: obtener una bancada con fines de defensa personal, llegar a algunos acuerdos con uno de los candidatos de la segunda vuelta (y hasta los dos, si se ofrece), sentar las bases de un membrete nacional y de una dinastía política. Mientras tanto, trabajar por Dina 2031.
En términos de acumular votos, Boluarte es muy detestada en algunas partes del país y en las demás no es realmente apreciada. Lo primero que tendría que hacer es encontrar a un candidato presidencial que ayude a arrastrar la lista parlamentaria. Pero el primero que viene a la mente tiene un serio déficit de simpatía.
Un candidato atractivo que la deje decir sus cosas, pero que a la vez no la opaque durante la campaña. Es un esquema complicado, sobre todo si el invitado tiene la descortesía de pasar a la segunda vuelta (nunca se sabe). Otro escenario es que el propio hermano Nicanor ya sea desde ahora el tapado para esa elección.
En lo que Boluarte tiene la razón es en que carece de sentido retirarse de una presidencia tan controvertida sin establecer una acumulación de capital político para enfrentar las vacas flacas políticas.