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Opinión

Narciso, por Sonaly Tuesta

“En un país de tantas contradicciones, es necesario singularizar y no generalizar. Cada realidad es única. Igual que la necesidad y las heroicas prácticas para sobrevivir”.

larepublica.pe
Tuesta

A este hombre le gana el entusiasmo. Sus tiempos son los de la helada, del sol y de la luna. Habla mirando a las estrellas y determina en ellas ese lenguaje que solo él entiende. Como si el universo estuviera plagado de mensajes que va descifrando de repente, cuando los necesita. Narciso domina el territorio. Cruza el abra arriando a sus llamas, a quienes cría con sumo cariño porque de ellas depende su vida y la de su familia. Desde siempre.

“Subo los cerros, paso los nevados con toda mi tropa y aunque hay frío seguimos caminando…”, ha cantado este campesino de la Comunidad de Carpapata, ubicada en la provincia de Tayacaja, en Huancavelica. A su lado, acompañando el verso, está el yungor, un instrumento largo hecho de maguey, típico de Santiago, la festividad dedicada a los animales que tiene nombre de santo, un santo asociado al dios Illapa o dios del rayo de nuestros antepasados.

Si bien marcamos como día central el 25 de julio, este festejo se prolonga hasta mediados de agosto. Narciso pone fecha de acuerdo a la costumbre y junta a las llamas y a la numerosa parentela para celebrar, compartir las hojitas de coca y el licor de caña, velar tijeras y cintas al ritmo del violín.

Cuando las velas lagrimeen habrán congeniado con los apus y la madre tierra. Esperarán cantando hasta que las madejas se ovillen y los hilos se unan. Al día siguiente, Narciso reunirá a las llamas en el corral y serán encintadas para que sean fértiles y traigan abundancia, para que si se pierden las sepan regresar a casa.

La vida festiva y de creencia no están separadas de la cotidianidad. Cada momento impacta en el otro de manera clara y precisa. Narciso sigue siendo llamero. Sus hijos quizá no lo sean, pero saben el oficio y ayudan. En un país de tantas contradicciones, es necesario singularizar y no generalizar. Cada realidad es única. Igual que la necesidad y las heroicas prácticas para sobrevivir.