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Opinión

La voz de Rosario Castellanos

Por Carmen Rivera. Rosario Castellanos nace en México, proviene de una familia de terratenientes mexicanos, criada bajo la sensibilidad indígena, desde muy niña experimenta la contextualidad femenina de injusticia y marginación.

larepublica.pe
Carmen Rivera

Matamos lo que amamos. Lo demás/ no ha estado vivo nunca (Castellanos, 2023).

Rosario Castellanos nace en México, proviene de una familia de terratenientes mexicanos, criada bajo la sensibilidad indígena, desde muy niña experimenta la contextualidad femenina de injusticia y marginación: “Detrás de mí tan sólo las memorias borradas. / Mis muertos ni trascienden de sus tumbas/ y por primera vez estoy mirando el mundo” (Castellanos, 2023).

El antes y después de su vida está marcado por la muerte de su hermano menor, a los 7 años, Rosario se convierte en la única hija de la familia y el centro de interés de los padres desaparece debido al machismo que implica el llevar el apellido paterno. “Soy hija de mí misma. / De mi sueño nací. Mi sueño me sostiene.” (Castellanos, 2020).

En su poesía, el verso conjuga libertad, necesidad, ansiedad y desvelo; muestra de cambios súbitos, condiciones intrínsecas de los sentimientos no descansa hasta descubrirse, se confiesa en algunos momentos para arrepentirse de lo que no pudo decir, aun más osada de lo que quiso “Y luego, ya madura, descubrí/ que la palabra tiene una virtud:/ si es exacta es letal/ como lo es un guante envenenado” (Castellanos, 2020).

“Solo una tonta podría morirse al tocar una lámpara” (Sabines, 2010). Su muerte nos llena de misterio, existen tres versiones: un choque eléctrico accidental, el suicidio o el asesinato, la versión oficial dice que murió electrocutada al tocar con las manos mojadas una lámpara. “Retonta por desvalida, por inerme, por estar ofreciendo tu canasta de frutas a los árboles” (Sabines, 2010).

Los diversos contrastes en la poesía de Castellanos nos permiten valorar su aporte social, estamos frente a una figura que recién recobra fuerza después de su muerte. “Nunca digas que es tuya la tiniebla, / no te bebas de un sorbo la alegría./ Mira a tu alrededor: hay otro, siempre hay otro (Castellanos, 2023).