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Opinión

Solidaridad con Paola Ugaz

Desde hace cinco años, la periodista es víctima de acoso judicial.

larepublica.pe
Editorial

El acoso judicial del que es víctima la periodista Paola Ugaz tiene como fuente principal a una organización católica conservadora que mientras mantuvo vigencia y protección de las autoridades eclesiásticas cometió delitos contra adolescentes a su cargo y, al mismo tiempo, hizo manejos dudosos de dinero proveniente de sus fuentes de financiamiento.

La primera parte de los delitos cometidos contra jóvenes está debidamente documentada en el libro Mitad monjes, mitad soldados, del que son autores la propia Paola Ugaz con el periodista Pedro Salinas, en el que brindan testimonios de esta relación indebida con algunos pupilos a cargo del Sodalicio de Vida Cristiana. La obra fue publicada y generó una fuerte reacción en la opinión pública que acabó con el fundador de la organización religiosa en un exilio obligado en Roma, sin poder poner los pies en el Perú.

El rastreo del dinero de la organización religiosa formará parte de una nueva investigación a la que se comprometió publicar Paola Ugaz, y parece constituirse en la razón de fondo para la campaña de demolición de la que es objeto la periodista y que ha creado y recreado todo tipo de falsedades para destruir su reputación, promover procesos judiciales írritos y mantenerla ocupada en defenderse. Esta kafkiana situación se mantiene hace cinco años. La maraña de mentiras se reproduce en medios aliados de los desprestigiadores profesionales.

Ahora hay una investigación fiscal contra ella que amenaza con abrir sus secretos: el bancario y de comunicación, cuyo objetivo es debilitar la investigación periodística independiente a grupos que usaron el poder que les confería la Iglesia católica, para fines nefastos y de provecho personal.

Paola Ugaz ha recibido el respaldo nacional y de diversas organizaciones mundiales que defienden la libertad de expresión, voces universales como la de Mario Vargas Llosa, Nobel de Literatura, Elena Poniatowska, entre otros.

Es el momento de hacer más ostensible este apoyo. El Consejo de la Prensa Peruana le ha pedido a la fiscal de la Nación más respeto a la profesión y a las libertades de información y de prensa tan venidas a menos en los últimos tiempos. Otras organizaciones como la SIP, la ANP e IPYS también han hecho la misma demanda. Desde La República, nuestra plena solidaridad con Paola Ugaz y exigimos a las autoridades que cese el acoso judicial en su contra.