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Opinión

Carnavales en el terruño de Pedro Castillo

“En La Rinconada y otros yacimientos de minería ilegal nunca se paralizaron sus actividades extractivas...”

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Ochoa

Por: Roberto Ochoa

Cajamarca, la patria chica de Pedro Castillo, celebra a lo grande sus carnavales con sus hoteles y airbnb al cien por ciento de su capacidad. Sus restaurantes no se dan abasto para atender a los comensales y la ciudad vibra del jolgorio. Cajachos, cajamarquinos y cajamarqueses festejan de lo lindo su ya célebre carnaval.

En Jauja, Huancayo y otras urbes del valle del Mantaro, patria chica de Vladimir Cerrón, se celebran a lo grande sus carnavales y otras festividades propias del verano andino.

Cusco también fue epicentro de violentos enfrentamientos e intentos vandálicos de tomar su aeropuerto. Ahora, los policías que resguardan la plaza Mayor son víctimas de ataques con globos y talqueadas al grito de “Dina asesina”.

La violencia ha sido reemplazada por el carnaval qosqoruna y las recientes celebraciones de los compadres y las comadres. La alegría hace prever que su portentosa industria turística se recuperará del feroz ataque de los castillistas, dispuestos a quebrar el Ombligo del Mundo para defender a su líder golpista.

En Puno, mientras tanto, los castillistas insisten en paralizar la región. Pero solo las actividades formales: minas legales, turismo, comercio legal. En La Rinconada y otros yacimientos de minería ilegal nunca se paralizaron sus actividades extractivas.

Tampoco se obstaculizó la circulación de los camiones repletos de contrabando de procedencia boliviana y se han multiplicado los vuelos y otras vías del narcotráfico.

En Secocha, Arequipa, los mineros ilegales financiaron las tristemente célebres caravanas de camionetas pick-up que trasladaron a todo ese lumpen que interrumpió durante semanas el tráfico vehicular en la Panamericana Sur.

De paso, incendiaron los locales del Poder Judicial y destruyeron todo lo que encontraron en el camino en defensa del golpista Castillo. Esos mismos mineros y relaveros son los que ahora exigen apoyo del Estado peruano porque el “huaico” pasó sobre las viviendas construidas irresponsablemente en plena quebrada aluviónica.

Editor de la sección Mundo, del diario La República.