No son pocas las veces que me han preguntado por qué los periódicos, la televisión y la radio, sobre todo los de alcance nacional, siempre invitan a las mismas personas a opinar. Hay varias razones.
Una primera razón es la línea editorial de cada medio. Se invita a personas cuya opinión no se saldrá del marco del sentido común de una realidad que es interpretada y observada desde cierta perspectiva. De vez en cuando, se convoca a alguien de discurso disonante, con el afán de querer mostrarse plural. Cuando eso ocurre, además, el trato tiende a la ridiculización de esas ideas diferentes. En cierto momento de la edición de Correo en Lima, una columna solitaria del exsenador Rolando Breña Pantoja (PR) bregaba sola en medio de páginas conservadoras. ¿Era diverso y amplio ese medio por esa columna? No, pero quería parecerlo.
Es cierto que los productores de los programas trabajan siempre contra el tiempo. Esto los obliga a encontrar rápidamente un invitado que les responda el teléfono y que, luego, acepte dar la entrevista sin dudar. Productores y directores saben que siempre encontrarán una salida a sus apremios periodísticos en una pequeña lista de personas que estarán dispuestas a acudir al llamado. Son nombres que siempre están a disposición para entrevistas. No es raro, entonces, bajo este criterio, ver siempre a las mismas personas.
También se suele invitar a gente que —una vez en vivo— sabrá ser concisa, clara y elocuente; contestará en corto y sin enredarse; si son provocadores, mejor. Esto las convierte en personas atractivas para el programa.
Pero ninguna de las razones anteriores democratiza la opinión, no abre la puerta a otras miradas. Por el contrario, la estandariza en un solo sentido ideológico.
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Hace poco más de una semana, TVPerú levantó del aire Rimanchik/Hablemos, un programa de opinión que buscó desconcentrar la verdad monopólica. En ese esfuerzo se dialogó con académicos, politólogos, abogados y otros, de casi todo el país. Desde sus regiones mostraron su inquietud por lo que vivíamos. La producción, encabezada por Taniol Trigoso, se encargó también de convocar a gente joven de izquierda o de derecha, daba igual. El resultado, pienso, fue acertado, pues abrió la posibilidad de acercarnos a una realidad diversa y compleja, no dicotómica. No se hizo porque se tratara de TVPerú, cuya diversidad es su ADN; se hizo porque era lo correcto. Porque la opinión monocorde es la que al final hace que unos pocos concentrados nos hagan creer en una única verdad de las cosas, y eso no debe ocurrir.
Quiero agradecer a través de este espacio, que me presta el diario La República, las innumerables muestras de afecto y reconocimiento que he recibido estos días luego de ser expectorado del canal del Estado. No tengo cómo agradecerles por la forma en que me hicieron sentir arropado y querido en ese trance. Un gran abrazo a todos y a todas.