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Opinión

El Perú en el actual escenario regional, por Ariela Ruiz Caro

“En el ámbito regional ha anunciado que reactivará la Unasur y se reincorporará a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños que Jair Bolsonaro abandonó”.

larepublica.pe
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La asunción de Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia de Brasil vuelve a colocar las políticas de cooperación e integración en América Latina en el centro de la escena, con miras a tener una mayor presencia en el escenario internacional. Ello, a su vez, representa un desafío para el posicionamiento externo de la presidenta Dina Boluarte, quien es la encargada de dirigir la política exterior del Perú.

A pesar de la fragilidad del Gobierno del presidente brasileño —no solo porque no tiene mayoría en el Parlamento, sino por la multiplicidad de tintes políticos que conforman la alianza gobernante—, su presidencia es un triunfo más de la ciudadanía latinoamericana que exige una mayor presencia del Estado como promotor del desarrollo, sin negar la importancia del mercado.

Asimismo, de aquella que ve positiva una relación más cercana al vecindario regional, que permita posiciones más autónomas respecto de los grandes poderes mundiales. Ambos aspectos podrían extraerse como los denominadores comunes de los programas de los Gobiernos electos, pertenecientes a alguna variante de centroizquierda, en México, Argentina, Perú, Chile, Colombia, Honduras y, ahora, Brasil.

Lula ha anunciado que el Estado volverá a desempeñar un papel más protagónico en la economía e invertirá en la reindustrialización del país. Según la Confederación Nacional de Industria, en 1985 la industria de transformación representaba el 36% del PBI brasileño, mientras que, en 2021, el sector solo representaba el 11%, lo que ha traído aparejado el cierre de numerosas empresas y pérdida de empleos.

Además, ha ordenado a sus ministros que presenten propuestas para sacar del proyecto de privatización a empresas públicas como Petrobras o el servicio postal de Correos.

En el ámbito regional ha anunciado que reactivará la Unasur y se reincorporará a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que Jair Bolsonaro abandonó. Como ha sido la tradición —rota por su antecesor cuando Alberto Fernández le ganó las elecciones en primera vuelta a Mauricio Macri—, Argentina será el primer país que visitará, un día antes de la realización de la VII Cumbre de Jefes de Estado, de la Celac en Buenos Aires, el 24 de enero.

Entre otros temas, se abordarán los de recuperación económica, seguridad alimentaria, integración de la infraestructura regional, cooperación ambiental y se discutirá una agenda contra la corrupción.

Al igual que lo hicieron otros presidentes de la centroizquierda, normalizará las relaciones diplomáticas con el Gobierno de Venezuela y desconocerá al representante de Juan Guaidó. Además, apoyará el ingreso de este país al Mercosur, cuando culmine algunos aspectos legales requeridos, y apoyará la solicitud de Bolivia de ser miembro de ese organismo.

Durante la ceremonia de toma de posesión, el presidente Petro y Lula aproximaron posiciones para proteger la región de la Amazonia. Con ese fin acordaron convocar a una reunión que se realizaría en Leticia, punto donde coinciden las fronteras de Colombia, Brasil y Perú.

Entre otros, abordaron también la modificación de la política antidrogas y Petro invitó al brasileño a una conferencia internacional de presidentes latinoamericanos que se realizará en México. López Obrador y el colombiano así lo habían acordado a fines de noviembre con el fin de rediseñarla, ante el fracaso de la vigente.

El regreso de Lula a la presidencia en Brasil abre las posibilidades de fortalecer la coordinación y la cooperación en la región de un conjunto de temas cruciales en los que nuestro subcontinente no tiene ningún peso político si no participa con una agenda con algunos lineamientos comunes.

En ese sentido, fue un error de la presidenta Boluarte no asistir a la asunción de un presidente que sí ha reconocido su mandato. Su participación en la construcción de una agenda regional debe ser proactiva y deberá saltar el cerco que le tenderán, para este fin, las nuevas alianzas con las que gobierna.

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