Tengo una debilidad por Janelle Monáe. La fascinante cantautora de R&B y actriz afrodescendiente que gusta vestir estrictamente en esmoquin demostró su talento en pantallas con las premiadas Moonlight y Talentos ocultos (Hidden Figures), ambas del 2016, y ha mantenido una presencia constante en el cine, televisión y sus prodigiosos videos musicales. Hablo de ella porque es Monáe y no Daniel Craig la verdadera estrella de Glass Onion: un misterio de Knives Out.
En este spin-off de la celebrada Knives Out del 2019 (oficialmente Entre navajas y cuchillos, pero nadie la llama así) vuelve el detective Benoit Blanc (Daniel Craig) en una historia donde habrá que resolver varios enigmas. La locación será una isla griega a donde un grupo de amigos llegarán convocados por un llamado Miles Bron (Edward Norton), una obvia parodia de Elon Musk. Del grupo destacan la rubia sensual Birdie (reaparecida Kate Hudson), el fornido Duke (Dave Bautista), la gobernadora Claire (Kathryn Hahn) y la sombría y misteriosa Helen (Monáe), quien tiene pendientes con el señor Bron.
El director y guionista Rian Johnson ha encontrado una veta que lo tiene muy a gusto. Recordemos que no solo dirigió Knives Out sino también El último de los Jedi (2017), pero su debut fue en el género de misterio con Brick de 2005. Ahora con presupuestos y estrellas a su alcance, puede rendirle homenaje a su amada Agatha Christie como mejor le place. Glass Onion es suspense a la antigua, con Benoit Blanc perfectamente intercambiable por Hércules Poirot, Sherlock Holmes o el primero de todos ellos, C. Auguste Dupin. Cerebral –y como ahora Johnson quiere que se sepa, completamente gay– Blanc está perfilado como eje de fuerzas que presume y que debe confrontar por los lados, no de frente, si acaso quiere sobrevivir.
Así, el guion Johnson tiene en apariencia mucho de predecible pero nos engaña una y otra vez. La femme fatale de Hudson parece ser la artífice de todo, pero ¿y ese vagabundo que da vueltas y a quien nadie presta atención? ¿Quizás…? En un punto en que la historia pareciera encontrar un callejón sin salida, simplemente se reinicia y conocemos más desde una nueva perspectiva, y nos volvemos a sorprender.
Pese a que Norton y Craig debieran ejecutar el duelo clásico entre cazador y cazado, nuestra atención se la lleva Monáe. Bautista tiene una carrera de actor solo por su carisma pero no desentona, y los demás están donde Johnson los necesita. La sátira incesante y sutil incluye un gigantesco fresco de Kanye West como Jesucristo y mofas a autores, celebridades y circunstancias postcovid, además de un empecinamiento inexplicable con la Mona Lisa. Buena forma de cerrar el año de estrenos al estilo Hollywood.
Misterio por resolver. Daniel Craig en la secuela de la exitosa Knives Out.