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Opinión

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“Es cierto que la imagen de cada candidato va cambiando bajo los reflectores. Pero sus propuestas también van siendo sometidas a constante escrutinio. No solo en términos de cuáles son mejores, sino…”.

larepublica.pe
“Es cierto que la imagen de cada candidato va cambiando bajo los reflectores. Pero sus propuestas también van siendo sometidas a constante escrutinio. No solo en términos de cuáles son mejores, sino…”.

En cuatro semanas el porcentaje de quienes se declaran de izquierda en la encuesta IEP ha bajado dos puntos, en el centro la bajada ha sido de cuatro puntos, mientras que en la derecha ha subido seis puntos. A grandes rasgos estos desplazamientos coinciden con el retroceso de Pedro Castillo y el avance de Keiko Fujimori. ¿Qué significa?

Debemos suponer que no se trata propiamente de cambios en las convicciones ideológicas del electorado, sino más bien de avances y retrocesos en la identificación con los candidatos. Quien simpatiza con Castillo se siente de izquierda, y lo dice. Quien simpatiza con Fujimori se siente de derecha, y lo expresa. Como que la ideología sigue a la simpatía.

Sin embargo no podemos atribuir las respuestas, y los cambios ocurridos en ellas, a una pura cuestión de imágenes y declaraciones de los candidatos. A lo largo de la campaña la gente está aceptando y rechazando ideas (correctas o no) sobre qué significan izquierdismo, derechismo y centro. Una reflexión práctica que influye en la intención de voto.

Es cierto que la imagen de cada candidato va cambiando bajo los reflectores. Pero sus propuestas también van siendo sometidas a constante escrutinio. No solo en términos de cuáles son mejores, sino también en términos de cuáles son peores. La emocionalidad con que comenzó la elección de segunda vuelta se va desgastando.

Por ejemplo, en los puntos claves de la salud, la pandemia y economía Fujimori es percibida con mayor capacidad de resolverlos. Temas más urgentes que corrupción, educación y seguridad, donde gana Castillo. Esto seguramente construye un vínculo entre las urgencias de la población y el crecimiento del derechismo entre los encuestados.

Si en efecto la emocionalidad inicial de la elección ha venido siendo reemplazada por un sentido pragmático de las cosas, eso anuncia problemas para Castillo si él se mantiene como la única fuente de sus propuestas. Pues la campaña se está convirtiendo en una competencia de ofertas convincentes para una población necesitada.

Hoy los autoproclamados derechistas no solo son mayoría en Lima, sino también en el norte del país, y en el oriente empatan a la izquierda. La autopercepción de centro es una presencia fuerte, pero no es mayoritaria en ninguna parte del Perú.