Cargando...
Opinión

Trump y los niños frívolos

“¿Por qué la sanción contra el presidente de los Estados Unidos llega justo ahora?”.

larepublica.pe
“¿Por qué la sanción contra el presidente de los Estados Unidos llega justo ahora?”.

La censura impuesta por Twitter, Instagram, Facebook y Youtube a Donald Trump ha abierto un nuevo capítulo en el largo debate sobre la libertad de expresión. ¿Pueden los dueños de estos gigantes tecnológicos decidir quiénes tienen el derecho a difundir sus opiniones y qué clase de información debemos recibir? ¿Bajo qué criterios? Si algo así ocurre con Trump, ¿cómo queda un ciudadano cualquiera? ¿Quién traza la frontera entre la incitación a la violencia y la supresión de un derecho constitucional? ¿Pueden las mentiras propagarse masivamente, sin considerar sus consecuencias?

Vaya por delante que Donald Trump es un personaje ordinario, mentiroso y autoritario, además de un ignorante, un inútil y un narcisista desenfrenado, que ha envilecido la democracia norteamericana hasta extremos impensados. Pero ¿cuánto han contribuido esas mismas redes sociales que ahora eliminan sus cuentas a la construcción y diseminación de esta retórica inflamada, xenófoba, machista y ramplona, que se dedicó a la edificación de una realidad paralela y llegó a su cúspide cuando un hombre disfrazado de bisonte se fotografiaba en la cámara del Senado durante un intento de golpe de Estado?

¿Por qué la sanción contra el presidente de los Estados Unidos llega justo ahora? ¿Este Mark Zuckerberg que hace diez días decidió suspender indefinidamente a Trump por considerarlo un riesgo para una transición presidencial pacífica es el mismo que, en junio del año pasado, argumentando que la plataforma no debería erigirse como «árbitro» de Internet, defendió la ausencia de medidas contra sus mensajes violentos, como cuando, a propósito de las protestas por la muerte de George Floyd, publicó: «Cuando empiezan los saqueos, empiezan los disparos»?

¿Por qué las redes sociales esperaron a que perdiera las elecciones, luego de haber contribuido decididamente a la divulgación y consolidación de sus estupideces? ¿Por altruismo o cálculo? ¿Por responsabilidad o acomodo? ¿Por qué se ha tomado esta medida contra Trump y no contra otros personajes como Nicolás Maduro o Vladimir Putin, también aficionados a la difusión de temeridades y mensajes falsos?

Todos los días, cientos de millones de personas en el mundo se comunican, informan y construyen su opinión a través de las redes sociales. Estas han logrado un poder y un alcance tan extraordinarios que, al eliminar sus cuentas, han enviado a Trump, uno de sus mayores promotores y beneficiarios, al silencio y la muerte civil. ¿Qué habría ocurrido si los grandes manipuladores de masas del pasado –Joseph Goebbels, por citar uno– hubieran contado con semejantes herramientas de comunicación global?

La sensación que deja este caso es que la tecnología viene añadiendo nuevas variables al tradicional debate sobre la libertad de expresión. También, que las redes sociales son capitaneadas por un puñado de niños frívolos, incoherentes e irresponsables –como Zuckerberg– que manejan un poder inaudito y extremadamente peligroso en sus manos.

Raúl Tola. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.