El chavismo o la denominada 'revolución del siglo XXI' llegó al poder el 6 de diciembre de 1998 a Venezuela con el triunfo de Hugo Rafael Chávez Frías en las elecciones presidenciales. Uno de sus lemas era que había "llegado la hora del pueblo", que en la actualidad mantiene una inflación de tres dígitos y un éxodo de más de 7 millones de personas por una crisis humanitaria sin precedentes.
Un informe de EFE destaca que, tras 25 años de aquella victoria de Chávez, el proyecto inicial sobrevive principalmente en el discurso gubernamental, mientras que la población ha sorteado una época convulsa, con una sucesión de crisis en lo económico, político y social, esferas que no se parecen en nada a la forma en que existían hace un cuarto de siglo.
Hugo Chávez llegó ganó sus primeras lecciones presidenciales en Venezuela el 6 de diciembre de 1998. Foto: EFE
La llegada de Hugo Chávez en el poder, luego de 40 años de bipartidismo, se enfrentó en las primeras gestiones a las resistencias típicas de instituciones que estaban acostumbradas a un modo de proceder, lo que el 'comandante' intentó empujar a su favor combinando fuerza y encanto, una mezcla que le permitió cambiar la Constitución y cortar el financiamiento a los partidos políticos.
Cuando llevaba tres años como presidente, entonces con 47 años de edad, el líder socialista despidió, en una alocución televisada, a directivos de la estatal petrolera, tras lo cual se desataron manifestaciones callejeras que acabaron en un golpe de Estado, que lo mantuvo fuera del poder durante 72 horas.
Desde entonces, su Gobierno sobrevivió a una huelga general de trabajadores que se extendió durante casi tres meses y un referendo revocatorio presidencial, al tiempo que subían los precios globales del crudo, y radicalizaba su discurso y su accionar, con una política de expropiaciones que dejó a unos incrédulos y a otros en la ruina.
Chávez pidió en 2006 otro sexenio en la Presidencia "por amor", y lo consiguió gracias a una aplastadora mayoría que apostó por la promesa socialista, sustentada en programas de ayudas sociales recién creados, mientras el país vivía del capitalismo que disparó las tarifas petroleras y, con ello, engordó la chequera nacional.
Cierre de campaña de Hugo Chávez en octubre de 2012. Foto: Presidencia de Venezuela
Una vez avanzado el dominio gubernamental sobre la economía —con estatizaciones y controles— y ya con todas las instituciones dirigidas por simpatizantes del chavismo, el jefe de Estado se empeñó en reformar la Constitución para permitir la perpetuidad en el poder. Aunque los venezolanos rechazaron esta idea en 2007, en 2009 fue aprobada por la mayoría.
La era de Chávez duró 15 años y terminó cuando murió el 5 de marzo de 2013, luego de dos años enfrentando un cáncer.
Nicolás Maduro se desempeñaba como canciller de la República y como vicepresidente cuando Chávez permanecía en Cuba tratando su enfermedad.
Tras la muerte del líder militar, Maduro fue electo presidente el 19 de noviembre de 2013. En los nueve meses previo a los comicios se desempeñó como mandatario por medio de polémicos decretos.
Con los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, Venezuela ha estado sumergida en una crisis social, económica y política. Se registró un aumento en los índices de la delincuencia, inflación, pobreza y hambre.
Venezuela tuvo épocas de escasez de alimentos y medicamentos en el gobierno de Nicolás Maduro. Foto: CNN
Conocido como "presidente obrero" entre sus simpatizantes, Maduro ha pasado por dos ciclos de protestas en contra de su administración, que dejaron decenas de muertos. Debido a la escasez de alimentos y medicinas en Venezuela, disminución de la calidad de vida, violación de derechos humanos, miles de ciudadanos salieron a protestar en 2014 y 2017.
Tuvo un revés electoral en 2015 cuando los electores votaron por una Asamblea Nacional de mayoría opositora. El inicio de aquella gestión estuvo marcado por un proceso para revocar el mandato de Maduro a través de un referendo, pero no se obtuvieron resultados concretos con esa iniciativa.
Una de las principales críticas que tiene el Gobierno de Nicolás Maduro está relacionada con las presuntas vinculaciones con grupos de narcotraficantes y de terrorismo internacional. Además, es acusado de concentrar todos los poderes: el Ejecutivo, Tribunal Supremo de Justicia, Poder Electoral y las Fuerzas Armadas.
El 3 de diciembre se llevó a cabo el Referendo Consultivo por la Defensa del Esequibo. Foto: composición LR/Nicolás Maduro/ Venezuela
Antes de ser presidente electo, Chávez propuso pidió a los venezolanos que eligieran a Nicolás Maduro como su presidente de no estar presente en el futuro. Su petición abrió un abismo de dudas sobre la capacidad de mantener el poder y el estilo que adoptaría el delfín político, con mucho menos carisma y popularidad que su mentor.
Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Foto: Presidencia de Venezuela
Una vez que Maduro dejó claro que se mantendría en el poder pese a cuestionamientos sobre su legitimidad, el chavismo cerró filas para enfrentar y reprimir a una oposición feroz que impulsó oleadas de protestas y movimientos contra el Ejecutivo.
Lo más difícil de navegar para la revolución bolivariana fue sortear la impopularidad y el aislamiento internacional en un país que se hacía más pobre conforme avanzaba la segunda mitad de la década pasada, cuando el Gobierno mostró su cara más autoritaria y fue tachado de dictadura por numerosos países.
El chavismo ha encontrado un enemigo al que culpar, bien sea la oposición 'apátrida' o el 'imperialismo' extranjero, representado en Estados Unidos o en líderes de la derecha que, según Venezuela, han buscado incesantemente acabar con la revolución bolivariana y matar al presidente.
El Gobierno chavista sortea sanciones internacionales, investigaciones por crímenes de lesa humanidad, señalamientos por autoritarismo, una idea gastada de revolución y una impopularidad que, según encuestadoras, le costarían el poder en unas elecciones transparentes y competitivas.
De cara a las presidenciales de 2024, la forma sui generis de hacer política que instauró Chávez sigue rindiendo frutos, con un Maduro que saca ases bajo la manga en un país que intenta recuperar su economía y seguir reconectándose con el mundo global.
Con información de EFE.