En un mundo conectado, la aviación y el turismo global cobran importancia para los amantes de los megaproyectos. Arabia Saudita se ha propuesto liderar el futuro de la aviación con la construcción del Aeropuerto Internacional Rey Salman en Riad, un megaproyecto que será el más grande del mundo.
Con una superficie proyectada de 57 kilómetros cuadrados, este aeropuerto no solo superará al actual Aeropuerto Internacional King Fahd, también en Arabia Saudita, sino que será más grande que ciudades como Nueva York (54 kilómetros cuadrados) y Buenos Aires (203 kilómetros cuadrados).
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Este colosal proyecto, que forma parte de la Visión 2030 de Arabia Saudita, el Aeropuerto Internacional Rey Salman, busca convertir al país en un importante centro de conexiones aéreas internacionales. Además, se espera que impulse significativamente el turismo y la economía regional. Con seis pistas de aterrizaje y una capacidad inicial para manejar 120 millones de pasajeros al año.
Su diseño incluye seis pistas de aterrizaje, lo que permitirá manejar un alto volumen de tráfico aéreo. Se proyecta que, para 2050, la capacidad aumente a 185 millones de pasajeros anuales, posicionándolo como el principal centro de aviación en Medio Oriente y el mundo.
Asimismo, el aeropuerto también será un punto de conexión clave entre Asia, Europa y África, lo que facilitará el transporte de mercancías y el movimiento de personas en estas regiones. Este enfoque posiciona a Arabia Saudita como un actor central en la industria de la aviación.
El nombre del actual aeropuerto lleva en honor a Fahd bin Abdulaziz Al Saud, quien fue rey de Arabia Saudí desde 1982 hasta su fallecimiento, en 2005. Fahd fue una figura clave para el desarrollo moderno del país.
El nuevo aeropuerto busca superar al actual de Arabia Saudí y en tamaño a las grandes ciudades del mundo. Foto: Arquitectura Viva
Actualmente, el Aeropuerto Internacional King Fahd, ubicado en Dammam, Arabia Saudita, es considerado el más grande del mundo por superficie, con 780 kilómetros cuadrados. Sin embargo, su capacidad anual de pasajeros, de más de 10 millones, es relativamente modesta en comparación con aeropuertos como el Hartsfield-Jackson de Atlanta, que maneja más de 107 millones de pasajeros anuales.
El nuevo Aeropuerto Rey Salman no solo busca superar al King Fahd en tamaño, sino también en eficiencia y volumen de operaciones. Además, su tamaño lo hará más grande que ciudades enteras como París (105 kilómetros cuadrados) y casi igualará a Nueva York (783,8 kilómetros cuadrados). Este nivel de infraestructura es un testimonio de las ambiciones del gobierno saudí por posicionarse como líder en el sector.