Claudia Sheinbaum, una prestigiosa científica y exalcaldesa de Ciudad de México, se convertirá el próximo martes en la primera mujer presidenta de México con el desafío de mostrar un liderazgo propio frente al legado de su popular predecesor Andrés Manuel López Obrador.
"Lo que quisieran es que marcara diferencia, que lo criticara. No lo voy a hacer. ¡Nunca! Porque para mí ha sido, es y será ¡un honor estar con Obrador!", ha advertido Sheinbaum, que llegará al poder como la mandataria más votada en la historia del país tras arrasar en las elecciones del 2 de junio.
"El motor de ambos es la lucha por una sociedad más justa, pero con matices importantes", escribe el analista mexicano Jorge Zepeda Patterson en su libro "Presidenta".
"López Obrador procede del Tabasco (sur) rural" mientras "Sheinbaum proviene de un entorno intelectual universitario, de clase media, cosmopolita, moderno y esencialmente urbano", señala.
López Obrador, de 70 años, dedicó toda su vida a la lucha política mientras Sheinbaum, de 62 años, es también una reconocida física e investigadora, con decenas de publicaciones en revistas científicas.
Su agenda es la "de una izquierda más moderna", con temas como feminismo y del medio ambiente, apunta Zepeda Patterson.
"No es una populista", observa Pamela Starr, profesora de ciencias políticas en la Universidad del sur de California. "Es más pragmática" que López Obrador.
Desde estudiante en los años 80, y luego como física y política, Sheinbaum proyectó seriedad y enfoque.
La AFP constató la paciencia con la que atendió sonriente a un centenar de personas que le pidieron fotografías en el aeropuerto de Puerto Vallarta (oeste) al regreso de un viaje en agosto.
Claudia Sheinbaum Pardo nació en junio de 1962 en Ciudad de México en el seno de una familia judía, laica y de izquierda.
Sus abuelos llegaron a México desde Bulgaria y Lituania huyendo de la Segunda Guerra Mundial, contó en un carta en el 2009 en la cual condenaba "los bombardeos del Estado israelí en Gaza".
"Soy hija del 1968", suele repetir en referencia al movimiento estudiantil de ese año. Su madre, Annie Pardo, reputada bióloga, fue expulsada como profesora universitaria por denunciar la matanza de estudiantes.
Aunque de carácter reservado, Sheinbaum fue una activista magnética y vehemente del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) de la Universidad nacional autónoma de México (UNAM), recuerda Guillermo Robles, su compañero durante la maestría de ingeniería energética que cursaba en 1987.
Aquel colectivo frenó un intento de privatizar la universidad y fue cantera de actuales líderes de izquierda.
Sheinbaum cursó luego un doctorado en ingeniería ambiental, con una estancia doctoral en el laboratorio Lawrence-Berkeley de la Universidad de California.
Viajó a California con su primer marido, Carlos Imaz, el hijo de éste, al que considera como propio, y la hija de la pareja, Mariana.
"Eran los típicos mexicanos de izquierda que no estaban contentos con Estados Unidos", ironiza el excanciller Jorge Castañeda, quien conoció a la pareja.
En 2000, un López Obrador recién elegido alcalde capitalino la designó secretaria de Medio Ambiente, con una agenda para reducir la contaminación.
Sheinbaum volvió a la vida académica después de la derrota de López Obrador en la reñida elección presidencial de 2006. Fue parte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC) que ganó el Nobel de la Paz en 2007.
Al volver a la política, enfrentó como alcaldesa de un sector capitalino el derrumbe de un colegio durante el terremoto de 2017 que mató a 26 personas, incluidos 19 niños.
Metódicamente insistió en que las irregularidades de construcción no eran imputables a la alcaldía.
Fue elegida primera mujer alcaldesa de la capital en 2018, cuando su mentor López Obrador llegó por fin a la presidencia.
El uso de métodos científicos y tecnología reflejó la impronta de Sheinbaum en la gestión del covid que sin embargo dejó una elevada mortalidad.
"Ella utilizó tapabocas, incluso en presencia de López Obrador", quien desestimaba esta medida preventiva, subraya el libro de Zepeda Patterson.
Tras el desplome de un puente del metro elevado, en 2021 y que dejó 26 muertos, Sheinbaum optó por una polémica negociación con la constructora de la obra para indemnizar víctimas y evitar juicios.
"Gobernar es tomar decisiones (...) y asumir las presiones que se pueden generar", argumenta la política en un documental.
Sheinbaum se divorció de su primer esposo, y se casó por segunda vez en el 2023 con Jesús Maria Tarriba, un ex novio de su juventud.
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