En un esfuerzo por abordar la crisis del fentanilo que azota a Estados Unidos, el presidente Joe Biden ha instado al Congreso a tomar medidas decisivas antes del final de su mandato. La administración demócrata ha intensificado su presión política en un momento crítico, mientras el expresidente Donald Trump aumenta sus ataques contra la vicepresidenta Kamala Harris. El candidato republicano ha cuestionado la eficacia de Harris en la lucha contra el tráfico de drogas y la inmigración ilegal desde México, y ha utilizado este tema como un punto de ataque en su campaña electoral.
La Casa Blanca ha presentado recientemente una serie de propuestas con el objetivo de frenar la creciente epidemia de fentanilo. Biden ha subrayado la necesidad urgente de enfrentar este problema que ha causado la pérdida de miles de vidas estadounidenses. Las nuevas medidas proponen la creación de un registro para prensas de pastillas y máquinas de elaboración de tabletas, así como un endurecimiento de las penas para los condenados por tráfico de drogas. Además, el mandatario estadounidense ha solicitado que se refuercen las regulaciones para los importadores de paquetes pequeños, con el fin de mejorar la detección de precursores de fentanilo que eluden los controles aduaneros actuales.
“Nuestros compatriotas estadounidenses pierden a sus seres queridos debido al fentanilo. Es tiempo de actuar. Y es tiempo de mantenernos unidos por todos aquellos que hemos perdido, y por todas las vidas que aún podemos salvar”, dijo Biden en un comunicado sobre la lucha en contra de las drogas que su administración desea impulsar.
Joe Biden ha delineado una serie de medidas estratégicas para combatir la epidemia de fentanilo en Estados Unidos. Entre las propuestas más destacadas se encuentra la implementación de un registro obligatorio para las prensas de pastillas y las máquinas que fabrican tabletas, lo que permitiría un control más riguroso sobre la producción ilegal de fentanilo. Esta medida busca cerrar una de las brechas más grandes en la lucha contra las drogas sintéticas. Además, la administración ha abogado por la modificación de las leyes existentes para incrementar las penas contra los traficantes de fentanilo, un paso que pretende disuadir el tráfico de estas sustancias letales.
Otra de las propuestas cruciales es el fortalecimiento de las regulaciones para los envíos internacionales de paquetes pequeños. Biden ha solicitado que los remitentes proporcionen información detallada a las autoridades de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). Este enfoque tiene como objetivo mejorar la capacidad para detectar los precursores de fentanilo que, debido a su bajo valor, a menudo evaden los controles aduaneros y se introducen en el país sin ser detectados.
Frenar la epidemia de drogas es uno de las banderas que enarbolar la actual administración. Foto: AFP
Las nuevas propuestas de Biden para combatir la crisis de opioides también podrían tener implicaciones para Kamala Harris, quien es vista como la virtual candidata demócrata en las próximas elecciones de Estados Unidos. A pesar de los ataques de Donald Trump, que la presentan como la responsable de las dificultades del gobierno en la frontera, la implementación efectiva de estas propuestas podría mejorar la percepción pública de la actual vicepresidenta. Al fortalecer las políticas contra el tráfico de fentanilo y la inmigración ilegal, Harris podría posicionarse favorablemente en el debate político, ayudando a contrarrestar las críticas y consolidar el apoyo de los votantes preocupados por la crisis de drogas.
El gobierno de Joe Biden busca endurecer las penas para traficantes de drogas. Foto: CBP
Desde el inicio del año, las autoridades estadounidenses han confiscado más de 442 millones de dosis de fentanilo en las fronteras del país. Esta cifras proporcionadas por la Casa Blanca subraya la magnitud del problema y la urgencia de las nuevas medidas propuestas por Joe Biden. Las incautaciones reflejan el creciente desafío que enfrenta Estados Unidos para controlar el flujo de esta droga mortal, que ha devastado comunidades y provocado un número alarmante de muertes por sobredosis.