Las autoridades de Singapur realizaron la ejecución de Saridevi Djamani, quien sería la primera mujer del país en recibir esta pena en casi 20 años, luego de ser sentenciada a muerte por haber traficado 30 gramos de heroína el último 6 de julio de 2018.
A pesar de las protestas de los grupos de derechos humanos, la Oficina Central de Narcóticos (CNB) de Singapur anunció la pena de muerte para la ciudadana acusada de violar la ley de la utilización indebida de drogas.
Esta estipulaba que el contrabando de más de 15 gramos se castigaba con la muerte, por lo que, a pesar de la apelación de la acusada, el tribunal de apelación la rechazó. Mediante un comunicado, la oficina criticó a Djamani por traficar más del doble de la cantidad legal en el país.
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Desde la Institución reguladora mencionaron que esa dosis era suficiente para alimentar la adicción de unos 370 abusadores durante una semana. Así se marcó la pena capital y se utiliza "únicamente" para los delitos más graves, como el tráfico de cantidades significativas de drogas que causan daños muy grandes.
Por ello, el organismo explicó que "la pena capital es parte de la estrategia integral de prevención de daños de Singapur, que se dirige tanto a la demanda como a la oferta de drogas", y por tal motivo adoptó la ejecución.
Según grupos locales de derechos humanos, Djamani es la primera mujer ejecutada en Singapur desde el año 2004. Sin embargo, es la segunda persona con esta condena en lo que va de la semana y la decimoquinta desde que el Gobierno reanudó las ejecuciones a principios del 2022.