El sábado 7 de enero, una familia de Pensilvania, Estados Unidos, reportó el asesinato de Hunter, su perro cruce de malamute de Alaska, de 8 años, el cual fue disparado por un cazador que lo confundió supuestamente con un coyote. El grupo familiar exige justicia y pide a las autoridades que el responsable sea sancionado.
Jennifer Heller, la dueña de Hunter —adoptado de un refugio en Nueva Jersey—, fue quien denunció el caso por Facebook. Contó que su esposo, identificado como Chris Heller, llevó a su can y a otro a pasear a un “sendero muy común” cerca de su casa. Minutos después, le quitó el collar y lo soltó, pero siempre pendiente de su mascota.
Todo estaba tranquilo hasta que notaron la presencia de un grupo de cazadores, pues era temporada de caza, lo que alarmó a Chris. Lamentablemente, no pudo alcanzar a Hunter, ya que los hombres le dispararon. Entre gritos, buscó ayuda, lo cargó hasta una camioneta y lo llevó al veterinario, pero murió en el camino.
Tras la pérdida, Jennifer y Chris exigieron a las autoridades que revoquen los permisos de caza del responsable de la muerte de Hunter, quien nunca pidió una disculpa. Asimismo, argumentaron que era imposible confundirlo con otro animal, puesto que el perro era tres veces más grande que un coyote.
Por último, la pareja abrió una colecta a través de la plataforma GoFundMe para cubrir los gastos del proceso legal. Hasta el momento, hay 12.000 dólares; es decir, pasó la meta de 10.000 dólares.