Dan Maurer, de Michigan, EE. UU., vivió por 10 años con un testículo que pesaba más de 30 kilos. Esto se debía a una rara enfermedad llamada linfedema escrotal.
Él comenzó a notar cambios anatómicos a la edad de 20, cuando su esposa notó un día, mientras tenían relaciones en el 2005, que su escroto estaba más hinchado de lo normal.
Este siguió creciendo y, ante ello, los médicos le ordenaron que bajara de peso. Sin embargo, aunque realmente hizo dieta y adelgazó, la masa iba en aumento.
Dicha situación empezó a comprometer la calidad de vida de Dan, que en los últimos años no podía caminar bien, bañarse solo o tener sexo con su esposa Mindy, que lo apoyó durante todo el tiempo de su enfermedad.
“Siento un dolor constante y es un peso grande para mi espalda. Me cuesta mucho moverme”, decía Maurer antes de ser operado a un documental de la DKiss.
Finalmente, la ayuda llegó cuando vio en televisión un documental de un mal igual al suyo: “El hombre con 54 kilos de escroto”, que contaba el caso de Wesley Warren Jr, quien años atrás fue operado con éxito de tal condición. No obstante, tiempo después falleció por complicaciones debido a su diabetes.
El doctor Joel Gelman, de California, fue quien se hizo cargo del caso de Maurer y, tras análisis, determinó que el paciente estaba en condiciones de volver a sus tejidos normales mediante una cirugía de extirpación.
“El linfedema escrotal masivo es una enfermedad poco frecuente. El mejor tratamiento es, por lo general, una cirugía mayor para extirpar la masa de tejido, preservando el pene y los testículos”, explicó el especialista en declaraciones a Daily Mail.
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La intervención de Dan fue un éxito en el 2015, pero sufrió una complicación posoperatoria, ya que sus pulmones estaban demasiado débiles para funcionar y tuvo que ser colocado en un tubo de respiración durante cuatro días. Afortunadamente, pronto se recuperó.