Gazprom, el gigante del gas de Rusia, afirmó, este miércoles 13 de julio, que no podía garantizar el buen funcionamiento del gasoducto Nord Stream, que abastece a Europa, explicando que no sabe si podrá recoger una turbina alemana que está siendo reparada en Canadá.
El funcionamiento del gasoducto está actualmente interrumpido, hasta el 21 de julio, por unas operaciones de mantenimiento. Los países europeos temen que Rusia interrumpa de forma duradera sus entregas de gas, alegando motivos técnicos, para presionarles en un contexto de conflicto en Ucrania.
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Antes incluso de que el Nord Stream dejara de funcionar, Rusia había disminuido fuertemente su suministro en las últimas semanas. Aseguraba que se debía a la falta de turbinas Siemens, necesarias, según Moscú, para que puedan funcionar las estaciones de compresión del gasoducto. Varias de esas turbinas fueron enviadas a Canadá para su reparación.
“Gazprom no está en posesión de ningún documento que permita que Siemens saque de Canadá el motor de turbina de gas” de Ottawa, sin embargo, afirma querer devolver a Alemania, declaró Gazprom en un comunicado.
“En estas condiciones, no es posible sacar ninguna conclusión objetiva sobre el desarrollo de la situación en cuanto a la seguridad y el funcionamiento seguro” del gasoducto, añadió el grupo.
No obstante, Canadá anunció el sábado que devolvería a Alemania las turbinas destinadas al Nord Stream, pese a las sanciones impuestas contra Moscú y los llamados de Ucrania a no “someterse al chantaje del Kremlin”.
Ottawa justificó su decisión sosteniendo que no desea aumentar el riesgo de crisis energética en Europa, un continente que depende fuertemente de Rusia para su abastecimiento de gas.