La Fiscalía de Ecuador elevó este sábado a 68 el número de muertos en un nuevo amotinamiento en una cárcel del puerto ecuatoriano de Guayaquil, donde en septiembre se dio una de las peores masacres carcelarias de Latinoamérica con 119 muertos.
“Según información preliminar, alrededor de 68 privados de libertad fueron asesinados y otros 25, heridos”, escribió la Fiscalía en Twitter.
En principio, las autoridades habían reportado 58 muertos y 12 heridos.
La intervención de la Policía para tratar de restablecer el orden en el reclusorio “permitió salvar vidas”, dijo por su parte Pablo Arosemena, gobernador de la provincia del Guayas (cuya capital es Guayaquil).
Bandas rivales vinculadas al narcotráfico libran una cruenta disputa en la prisión Guayas 1. El 28 de septiembre 119 personas murieron en el mismo centro penitenciario, en la mayor masacre de la historia carcelaria de Ecuador y una de las peores de América Latina.
En ese reclusorio, con 8.500 internos y una sobrepoblación de 60% según cifras oficiales, la violencia no ha parado desde entonces. Tras los incidentes de septiembre, fueron asesinados otros 15 internos para un total de 134.
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Las revueltas carcelarias en todo Ecuador dejan más de 250 reos muertos en lo que va del año. En febrero, fallecieron 79 reclusos en amotinamientos simultáneos en cuatro centros penitenciarios.
La masacre de septiembre llevó al gobierno ecuatoriano a declarar un estado de excepción para el sistema penitenciario por 60 días (hasta finales de noviembre), por lo que soldados apoyan a policías en el mantenimiento del control en las 65 cárceles del país.
Las prisiones ecuatorianas tienen capacidad para 30.000 personas, pero están ocupadas por 39.000, con una superpoblación del 30%.