La Amazonía, la mayor selva tropical del mundo, está en “código rojo” y en peligro de llegar a un “catastrófico” punto de no retorno, anunció un panel de científicos este viernes 12 de noviembre. Las previsiones apuntan a que este enorme bosque perdería hasta un 70% de su vegetación primaria y podría convertirse en una área casi desértica hacia 2050.
El escenario negativo sería posible si se mantienen las tasas de deforestación, degradación de suelos e incendios registrados en los últimos años. A esta conclusión arribó el Panel Científico de la Amazonía (SPA por sus siglas en inglés), compuesto por más de 200 expertos de los ocho países amazónicos y naciones aliadas en el mundo.
Entre Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú se deforestaron más de 1,7 millones de hectáreas durante el 2019. Nuestro país marcó un récord de deforestación en 2020 con 200.000 hectáreas de bosque perdidas.
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El Informe de Evaluación de la Amazonía 2021 del SPA, presentado durante la COP 26, es el primero realizado para toda la cuenca del Amazonas y su bioma. Le SPA planea ser un centro de consulta para políticos, líderes y población en general, tal como el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU.
De acuerdo con el científico brasileño Carlos Nobre, copresidente de SPA, las zonas más sensibles de llegar al punto de no retorno en este bioma se ubican hacia el sur de la Amazonía, desde Bolivia hasta el océano Atlántico, pasando por los estados brasileños de Rondonia, Mato Grosso y Pará.
Según explicó Nobre, se trata de un área de más de dos millones de kilómetros cuadrados —casi la tercera parte de toda la Amazonía y una superficie equivalente al tamaño de México— donde grandes porciones de selva pasaron a ser fuente de emisión de dióxido de carbono (CO2) en los últimos 10 años, contrario a lo que ocurre en la mayor parte de este bioma, que funciona como sumidero de carbono.
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En los primeros ocho meses de 2019 se registró más de 45.000 incendios en la selva de Brasil. Foto: AFP
Esto se debe a que, en esa región del ecosistema, la época de sequía se ha extendido en casi un mes en las últimas dos décadas, ocasionando un aumento de la temperatura y la consecuente disminución de las lluvias.
Para este experto en calentamiento global, el cambio climático ha debilitado a la selva, que está perdiendo su capacidad de reciclar agua, aumentando los incendios y matando la vegetación típica de clima húmedo, un proceso que de no pararse puede convertirse en una “catástrofe”.
“La selva almacena, abajo y encima del suelo, entre 150.000 y 200.000 millones de toneladas de carbono. Si el punto de inflexión se sobrepasa —y esto puede ocurrir entre unos 20 o 30 años—, es probable que entre el 60 % y el 70 % de la selva se transforme en un ecosistema degradado”, aseguró.
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La iniciativa científica del SPA trabajó de la mano con representantes y de pueblos originarios. Dentro de sus ‘10 claves para salvar la Amazonía’ destacan que “los pueblos indígenas son los guardianes del bosque amazónico” y es una prioridad asegurar los derechos de los habitantes de este territorio.
"En la Amazonía está la solución para la crisis climática", señaló el coordinador general de Coica, Gregorio Mirabal. Foto: Coica
“La deforestación y degradación del suelo no es solo un problema ambiental. Evidencia estadística revela que los homicidios se incrementan con la deforestación, debido al violento proceso de acaparamiento de tierras y desplazamiento de comunidades tradicionales”, señala el SPA en su web.
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El coordinador general de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica), Gregorio Mirabal, participó en la presentación del informe científico. El dirigente indígena destacó que “en la Amazonía está la solución para la crisis climática, pero para ello es necesario y urgente construir soluciones con la sabiduría indígena, el conocimiento científico y la política pública”.
Con información de EFE.