Ante las violentas manifestaciones que se han desatado durante la última semana en todo Estados Unidos por la muerte de George Floyd a manos de la policía de Mineápolis, Donald Trump anunció este lunes que está considerando invocar la Ley de Insurrección de 1807 para abordar la crisis social y poner fin a las protestas.
En un breve discurso público dado en el Jardín de las rosas de la Casa Blanca, el presidente amenazó con realizar un despliegue masivo de “soldados fuertemente armados, efectivos militares y agentes del orden público para detener los disturbios, los saqueos, el vandalismo, los asaltos y la destrucción sin sentido de la propiedad”.
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“Estoy movilizando todos los recursos federales y locales, civiles y militares, para proteger los derechos de los estadounidenses respetuosos de la ley”, enfatizó Trump. “Si una ciudad o estado se niega a tomar las medidas necesarias para defender la vida y la propiedad de sus residentes, entonces desplegaré el ejército de los Estados Unidos y resolveré el problema rápidamente para ellos”.
Para implementar dichas medidas, Donald Trump necesitaría invocar la Ley de Insurrección, que fue promulgada en 1807 por Thomas Jefferson y que desde entonces su contenido ha sido modificado varias veces. Esta normativa le permite al presidente utilizar el ejército en servicio activo de los Estados Unidos para contener las protestas civiles dentro de las ciudades cuando sea necesario.
Según el documento, al haber “observado primero todos los requisitos previos de la ley a ese respecto” , su activación autoriza el empleo de las fuerzas terrestres y navales con el propósito de reprimir cualquier insurrección, obstrucción de la ejecución de las leyes de Estados Unidos o impedimento del curso de la justicia.
Pese a que el presidente tiene el derecho de aplicar la Ley de Insurrección sin consultarlo con el Congreso, Trump tendría que emitir en primer lugar una proclamación formal para “ordenar de inmediato a los insurgentes que se dispersen y se retiren pacíficamente a sus moradas en un tiempo limitado”.
A lo largo de la historia de los Estados Unidos esta Ley ha sido invocada varias veces. La última vez que se utilizó fue en 1992 por el presidente George H.W. Bush a solicitud del gobernador de California, Pete Wilson, durante los disturbios en Los Ángeles que tuvieron lugar después de la absolución de cuatro policías blancos que agredieron brutalmente al taxista afroamericano Rodney King.