La reciente juramentación de Claudia Sheinbaum como la primera mujer en la presidencia de México ha generado un debate sobre la forma correcta de referirse a ella. La duda sobre el término adecuado ha cobrado relevancia, especialmente en el contexto de los cargos de poder. La Real Academia Española (RAE), encargada de regular el buen uso del idioma español, ha abordado esta cuestión, generando interés tanto en México como en otros países de habla hispana.
Sheinbaum, quien asumió el poder en un momento crucial para la política mexicana, se une a la lista de mujeres que han liderado en América Latina. Este acontecimiento no solo marca un hito en la historia del país, sino que también refleja cómo el lenguaje está evolucionando para adaptarse a las nuevas realidades sociales.
La RAE ha dejado en claro que "presidenta" es el término adecuado para referirse a una mujer que ostenta un cargo de presidencia. Aunque "presidente" es válido para el género masculino, el sufijo "-a" es el correcto para el femenino, siguiendo la evolución que otras palabras han tenido en el idioma español.
La Fundación del Español Urgente (Fundéu), que trabaja en colaboración con la RAE, ha ratificado esta postura. Según la gramática académica, no hay justificación para utilizar "la presidente" al referirse a una mujer, ya que "presidenta" está ampliamente reconocido y se utiliza en todo el mundo hispanohablante. Este término se incluyó oficialmente en el Diccionario de la lengua española desde 1803, y es la forma preferida por la mayoría de los países de habla hispana, como indica el Diccionario panhispánico de dudas.
Claudia Sheinbaum es la octava mujer en tomar el puesto de mandataria en la historia de Latinoamérica. Foto: Los Angeles Times
El ascenso de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México representa un hito en la política nacional. Juramentó como presidenta el 1 de octubre de 2024, convirtiéndose en la primera mujer en liderar el país más poblado de habla hispana. En su ceremonia de juramentación, Sheinbaum prometió trabajar en favor del bienestar de los mexicanos, resaltando su compromiso con la igualdad, el respeto a la Constitución y el fortalecimiento de las libertades.
Este momento histórico fue recibido con entusiasmo tanto en México como a nivel internacional. Líderes de todo el mundo, incluidos el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el colombiano Gustavo Petro, estuvieron presentes en la ceremonia. Sin embargo, uno de los gestos más comentados fue la ausencia del rey Felipe VI de España, a quien Sheinbaum decidió no invitar en un acto que refleja su enfoque particular hacia las relaciones internacionales y su posicionamiento frente al pasado colonial.
Claudia Sheinbaum llega a la presidencia de México en un contexto político y social desafiante. Su administración hereda temas complejos como la violencia relacionada con el narcotráfico, la estabilidad económica y las tensiones diplomáticas en la región. Uno de los principales retos será manejar la violencia derivada de la guerra contra el narcotráfico, que ha dejado más de 450.000 muertos en el país desde 2006.
Sheinbaum ha anunciado que no retomará una "guerra frontal" contra los cárteles, una estrategia que ha sido criticada por su fracaso en detener la violencia. En su lugar, prometió continuar con programas sociales dirigidos a los jóvenes para evitar que caigan en las redes del crimen organizado, en sintonía con las políticas de López Obrador.