En el Día Internacional de la Mujer Indígena recordamos las implicancias que tienen las mujeres indígenas en el país. De acuerdo al censo nacional de 2017, más de 3 millones de peruanas se autoidentifican como parte de un pueblo indígena u originario; es decir, representan un 10% de la población total.
Sin embargo, todavía existe una agenda política pendiente con esta población en temas de salud, violencia contra la mujer, educación indígena, representación, tierra y territorio; y acceso a servicios básicos.
Si bien en junio de 2019 se aprobó la Ley N.º 24656, Ley general de comunidades campesinas, que incluye y promueve la participación de las mujeres en las directivas comunales; esta aún no se implementa.
Ya en el 2017, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ahondó en las formas de discriminación histórica que reciben las mujeres indígenas latinoamericanas. Una triple discriminación por su condición de ser mujer, indígena y pobre, que las vuelve susceptible a actos de violencia.
Por la tarde del sábado 5 de septiembre, el Congreso de la República aprobó que cada 18 de mayo se conmemore el Día Nacional de la Mujer Indígena con el fin de reconocer el legado de esta población y visibilizar las problemáticas que les afectan.
Con el reconocimiento de este día nacional se espera lograr nuevos avances en defensa de las mujeres indígenas y que desde el Congreso de la República se incluya su representación institucional.
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Melania Canales Poma, presidenta de la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas (Onamiap) indicó a La República que la aprobación y reconocimiento de un día nacional en el calendario cívico es un acto simbólico. Por ello, esto no representa un avance, ya que no se reconoce a las mujeres indígenas como sujetos de derechos, según Canales.
“Mientras no nos consideren como sujetos de derechos, un día de reconocimiento no es suficiente. No es suficiente porque nos van despojando de nuestro territorio. Sufrimos violencias por parte del Estado, de las empresas extractivas; la madre naturaleza sufre violencia; y hasta que no cese ello, de nada sirve un reconocimiento. Eso no es que te reconozcan el derecho, simplemente es un reconocimiento simbólico (...) La agenda aún está pendiente”, puntualizó.