¿Has visto a este personaje alguna vez? Se le reconoce como uno de los carteles de propaganda más emblemáticos. Sin embargo, detrás de la imagen de un hombre con sombrero de copa y expresión seria, apuntando al espectador, se esconde la historia de un ícono que surgió de manera fortuita y se transformó en un símbolo del gobierno de Estados Unidos. El Tío Sam, quien actualmente personifica a la nación, fue una figura real.
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Samuel Wilson, cuyo relato es detallado por Sara Canals en 'El Faro', era un proveedor de carne que, durante la Guerra Civil de Estados Unidos, se encargaba de empaquetar carne para los soldados. Los envíos destinados al frente estaban marcados con las iniciales del país, "US" (United States), coincidentemente las mismas letras del apodo que los soldados le daban al proveedor, Uncle Sam. De este modo, aquellos que conocían a Wilson comenzaron a asociar a Estados Unidos con Samuel Wilson, y gradualmente, Tío Sam se adoptó como una manera de referirse al país.
Tìo Sam. Foto: Vive USA
El auténtico Samuel Wilson nunca usó la chistera azul ni la pajarita roja que caracterizan al Tío Sam en la iconografía popular. La imagen que se reconoce hoy en día está inspirada en el personaje real, pero fue James Montgomery Flagg, el ilustrador del cartel, quien diseñó su estilismo distintivo. Para la famosa pose del dedo apuntando, Flagg se inspiró en Walter Botts, un veterano que posó como modelo para el dibujo.
Walter Botts posando junto al cartel del Tío Sam. Foto: SER
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En la actualidad, el Tío Sam se ha convertido en un símbolo del gobierno estadounidense y adquiere diversas connotaciones, como la representación del ejército, los impuestos o la percepción del control gubernamental sobre los ciudadanos. Estas interpretaciones, a menudo negativas, son destacadas en algunas viñetas políticas presentes en la prensa.
El Tío Sam también encarna un sentimiento patriótico y nacionalista, razón por la cual su imagen ha sido políticamente instrumentalizada en años recientes. Es común observar a seguidores disfrazados de este icónico personaje en los mítines de Donald Trump, subrayando su papel como un emblema nacional en eventos políticos.
La representación de Trump como el Tío Sam puede tener diferentes connotaciones dependiendo del contexto o del mensaje que el artista quiere comunicar. En algunos casos, puede ser una manera de criticar o satirizar su política, sugiriendo que sus decisiones y estilo de liderazgo son emblemáticos de la dirección del país. En otros, podría ser una forma de glorificar su figura, representándolo como un símbolo patriótico y una personificación de valores estadounidenses. Esta representación visual se utiliza a menudo para generar una respuesta emocional fuerte y para fomentar la discusión sobre su administración y políticas.