De acuerdo a un estudio publicado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), denominado “Perú: 50 años de cambios y tendencias demográficas”, en la década del cuarenta, el 64,6% de la población residía en el área rural y el 35,4% en el área urbana. No obstante, a partir de la década del setenta, se intensifica el proceso de urbanización en el país.
En la actualidad, según el censo del 2017, el 82,4% de la población peruana reside en espacios urbanos. Esta expansión tiene un impacto directo sobre el medio ambiente debido a que, de forma concentrada, aumenta el consumo de energía, así como la generación de residuos. Esto, definitivamente, impide que los gobiernos locales puedan –en muchos casos– ofrecer servicios de calidad a los ciudadanos.
Ante esta situación, ¿cómo la tecnología podría cooperar en la preservación del medio ambiente? Para Virginia Nakagawa, abogada y socia fundadora de Nakagawa Consultores Regulatorios, “sin duda, la transformación digital contribuye al cuidado del medio ambiente. Por ejemplo, las ciudades inteligentes emplean tecnología que permite –en tiempo real– monitorear la calidad del aire, del agua o el tráfico”.
Las Smart Cities, asimismo, cuentan con un ecosistema digital –articulado a través de sensores e inteligencia artificial– que promueve la reducción de la demanda energética en los procesos industriales y en los hogares. Por otro lado, la automatización de los servicios de recolección de desechos mejora la clasificación de los residuos y, a la vez, disminuye los costos generados durante este proceso.
De igual forma, los sensores y las cámaras tienen un rol central en las ciudades inteligentes. Estas herramientas colaboran en el monitoreo y toma de decisiones frente a posibles riesgos o emergencias vinculadas con la concentración de contaminantes en el aire o el agua. Es así como las autoridades pueden rastrear la actividad física que se desarrolla en sus territorios, identificar los problemas y plantear soluciones oportunas.
Al respecto, Steven Arce, líder del área ambiental de qAIRa, señala que “gracias al avance de las tecnologías alternativas, en la actualidad, es posible adquirir sensores de bajo costo que pueden medir la contaminación en zonas urbanas, industriales y rurales”.
En otras palabras, las ventajas que se pueden obtener de la tecnología inteligente para el cuidado del medio ambiente son múltiples. Por lo tanto, promover el desarrollo de ciudades digitales significa, además de brindar a la ciudadanía espacios seguros y sostenibles, la posibilidad de asegurar la supervivencia del planeta.
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