La caída en la capacidad de crecimiento económico del Perú anticipa que, en el 2026, nuestro país mantendría tasas de pobreza superiores a la pre-pandemia, según proyectó el Banco Mundial. Esta estimación fue compartida durante la presentación de un estudio elaborado por el Instituto Peruano de Economía (IPE), que se denomina ‘Revirtiendo la pobreza en el Perú: desafíos y oportunidades pospandemia’.
Mientras que, en el 2014, las perspectivas de aumento del PBI para los próximos cinco años eran de 5,8%, esta situación ha cambiado notoriamente. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), las proyecciones en el 2024 solo alcanzarían el 2,4%, cifra que se aproxima a otros países de la región como Chile y Colombia.
“Con el fin de los commodities, entre 2014 y 2023, vimos una desaceleración del crecimiento económico, lo que re-dujo la capacidad del país para seguir disminuyendo la pobreza. Mirando hacia el futuro, las proyecciones que tenemos no son muy alentadoras. Si no hay una intervención significativa en términos de inversión y cambios estructurales, Perú va a mantener tasas de pobreza superiores a niveles de prepandemia”, indicó Eliana Rubiano-Matulevich, economista senior de la práctica global de pobreza y equidad para América Latina y el Caribe del Banco Mundial.
Con el objetivo de recuperar la senda de la reducción de la pobreza, la especialista del BM consideró fundamental la implementación de reformas estructurales para mejorar el entorno para la inversión privada, destinar recursos a la infraestructura y capital humano, así como reconfigurar los programas sociales.
Además de estas recomendaciones, el IPE emplazó a las autoridades a tomar acción, ya que no solo el hambre, la anemia y la desnutrición crónica se han elevado, sino que, además, la pobreza se ha profundizado. En esa línea, refieren que es prioritario impulsar políticas focalizadas que aborden las causas específicas de la pobreza en cada región y ampliar el alcance de los servicios de empleabilidad y desarrollo empresarial.
“Sin duda, el crecimiento es fundamental. Necesitamos hacerlo sostenidamente, no solo con altas tasas, sino a lo largo de varios años. Desgraciada-
mente, se ha caído y desde ahí, debemos impulsar la inversión privada, el empleo y mejores condiciones para el desarrollo de negocios. Además, hay que reconfigurar los programas sociales porque tenemos una pobreza con hambre, con distintas incidencias en la zona rural y urbana y con mucha volatilidad”, afirmó Carolina Trivelli, investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
Finalmente, Carlos Gallardo, gerente general del IPE, recordó que 3,3 millones de peruanos cayeron en situación de pobreza durante los últimos
cinco años y que dicho deterioro se centró principalmente en las zonas urbanas, donde la pobreza aumentó de 14,6% a 26,4% entre el 2019 y 2023.
“Vemos un panorama favorable para avanzar en la reducción de la pobreza. Necesitamos que la ruta de inversión, crecimiento y desarrollo esté acompañada de la atención urgente del hambre, la anemia y la desnutrición crónica”, sentenció.