Un estudio realizado por Best Place to Live, certificación inmobiliaria internacional, que abarca proyectos de departamentos con precios alrededor de los US$500.000 durante los últimos 12 meses hasta julio de este año, ha revelado las áreas comunes más y menos valoradas por los clientes en Perú, teniendo como indicadores tanto su funcionalidad como mantenimiento.
La zona de parrillas se destaca en primer lugar como una de las áreas mejor valorada por los residentes y es que este espacio fomenta la convivencia, siendo ideal para reuniones sociales o familiares.
En segundo lugar se encuentra la zona de coworking o computación, la cual ha conseguido popularidad, ofreciendo un ambiente adecuado para trabajar desde casa o estudiar con comodidad. Mientras tanto, en tercer lugar están las terrazas, brindando un espacio al aire libre para relajarse.
Cinthia Pasache, gerente comercial de Best Place to Live, señala que la tendencia muestra que los residentes valoran cada vez más los espacios que les permiten trabajar, relajarse y socializar sin salir de su edificio.
"Una zona de parrillas bien equipada, junto con áreas de coworking y terrazas acogedoras, son esenciales para una experiencia residencial satisfactoria”, agrega.
Asimismo, la investigación destaca la importancia de la calidad y el diseño de estas zonas en la satisfacción de quienes residen.
Entre las áreas comunes menos valoradas por los clientes peruanos se encuentran la sala de yoga, que si bien es bastante popular, muchas veces no cumple con las expectativas esperadas por los compradores.
La zona de lavado de vehículo es la segunda en la lista y es que con la falta de conexión adecuada a agua y electricidad, el espacio se vuelve poco funcional para quienes lo utilizan. De igual forma, las áreas de juegos infantiles suelen ser deficientes en términos de seguridad y equipamiento.
“La clave está en ofrecer áreas comunes que realmente aporten valor y satisfacción a los residentes. Las zonas mal diseñadas o mal equipadas no sólo generan insatisfacción, sino que también pueden incrementar innecesariamente los gastos comunes del edificio”, concluye Pasache.