En el 2023 se agravó la desconfianza empresarial

La última encuesta de expectativas macroeconómicas del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) refleja que la confianza empresarial se mantiene, en la mayoría de sus indicadores, en el terreno negativo.

Se miden seis perspectivas: sobre la economía, el sector, situación de su empresa, demanda de productos, contratación de personal e inversiones. Si superan los 50 puntos, se consideran optimistas y, si están por debajo, pesimistas: todas a corto plazo —es decir, a tres meses— son desalentadoras.

Si bien a largo plazo —12 meses— la única negativa es la de situación empresarial, esta debe interpretarse como un llamado de atención al Gobierno porque no se están solucionando los efectos de las prolongadas crisis, advierte a La República Daniel Hermoza, director de Mypes Unidas del Perú.

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Así, el indicador de confianza empresarial refleja que el primer año de gobierno de Dina Boluarte no ha traído ningún cambio sustancial respecto a su antecesor Pedro Castillo: las expectativas actuales que ven por el negocio, ventas, producción, demanda esperada, órdenes de compra frente al mes anterior y días de inventarios no deseados también están en rojo. Son más de dos años y medio en los que las expectativas son acarreadas por el pesimismo.

Falta manija política

El economista Juan José Marthans señala que atravesamos un “escenario bastante delicado” considerando la continua caída de la inversión privada, principalmente, al punto de que ya no importa tanto en cuánto cierre la economía, porque el pesimismo generalizado creciente a corto y largo plazo es alimentado por el ruido político y la inestabilidad sociopolítica.

 ¿Cómo salir del fango? Marthans plantea que la sociedad civil, sindicatos y gremios empresariales deben establecer una suerte de plan mínimo de desarrollo en infraestructura e inversión privada totalmente consensuada y que fije compromisos “independientemente de quién gobierne” para que el país no se estanque como ahora.

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El otrora jefe de la SBS recuerda que El Niño históricamente golpea entre 2% o 3% del PBI, y, si para el 2024 se espera un rebote del 3%, en general se volvería a terminar una variación cercana al 0%.

En tanto, Hermoza argumenta que la plana ministerial encabezada por Alberto Otárola solo ha velado por su reputación y confianza, mas no por ganarse la del empresariado.

“El gabinete (Otárola) no trabaja en función de los grandes problemas económicos del país. Ha dejado solo al MEF y no lo ven como un equipo. Esa es nuestra percepción. Trabajaron por su estabilidad. No son responsables de todas (las tragedias), pero tampoco pueden solucionarlas”, añadió.

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MEF reconoció que la crisis no ayuda

Más allá de las propuestas para mitigar la desaceleración a través de la promoción del gasto y la reducción de permisos y exoneraciones para sectores empresariales, el ministro de Economía, Alex Contreras, es consciente del daño que le genera la crisis política. “Queremos recuperar la capacidad de crecimiento de los últimos años, pero el contexto político no ha ayudado, sino es algo que ha restado”, dijo hace unos días.

El MEF prevé una tasa anual promedio de 3,1% entre 2024 y 2026. Para este año, no da luces pese a la reducción de otros frentes.

La palabra

Juan José Marthans, presidente Ejecutivo de Globokas Perú

“Hay una sensación de pesimismo generalizado creciente tanto a tres meses como anual. El deterioro se explica por el ruido político, y las posibilidades de recrear la inversión y producción son muy cortas”.

Cifras

• -0,1% o en 1,0% cerraría el PBI este año, de acuerdo con la reciente muestra del BCRP.
• 18 indicadores componen la encuesta de expectativas: apenas cinco están en el tramo optimista.