La pandemia estremeció los cimientos de la sociedad y es ahora cuando el Perú tiene un problema más que afrontar: la lucha contra el hambre.Según el último Índice Global del Hambre, realizado por Alliance 2015, en diez regiones de nuestro país el hambre se agravó debido a la inflación y la desaceleración económica vista en 2022.
Si bien el balance promedio arroja que somos un país con un problema “moderado” —con 19,6 puntos, a cuatro décimas de entrar al terreno grave—, las simulaciones proyectan que el panorama empeoraría con mayor énfasis en el área rural al cierre de este 2023 (ver infografía).
PUEDES VER: Confianza empresarial en su nivel más bajo del 2023: cerca del 50% no prevé aumentar sus inversiones
Kaspar Schmidt, director de Helvetas Perú, añade que el factor político también integra la ecuación que complica el hambre y generó la pérdida de poder adquisitivo de la población, al punto que se borraron los efectos positivos heredados del rebote visto en el bicentenario —tras la recesión del 2020—. Incluso, reconoció que se fue “muy optimista” en las proyecciones.
Carolina Trivelli, investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), explicó que la subida de la pobreza está acompañada de una crisis alimentaria: se ha reducido la cantidad de alimentos que ingieren los hogares y nos encaminamos a una inseguridad alimentaria severa.
“En los últimos tres meses, 6 de cada 10 hogares se quedaron alguna vez sin alimento. En marzo de 2023 era 46% y a septiembre, fue de 57%. Está creciendo este problema y por género, ámbito urbano-rural o socioeconómico hay diferencias importantes”, refirió. La exministra de Desarrollo e Inclusión Social insistió en diversificar las políticas para combatir contra el hambre, considerando que no hay un solo tipo de pobreza.
Janet Ramos, directora general de la Dirección General de Políticas Agrarias del Ministerio de Desarrollo Agrario (Midagri), aseguró que no solo apostarán por políticas asistenciales, sino también van a generar capacidades en la población.
Dentro de la ruta a seguir, detalló que formularán la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional, la cual “no será más de lo mismo” —en respuesta a Trivelli, quien cuestionó lo realizado por el Ejecutivo—, así como la Política Nacional de Agricultura Familiar, ya que este sector “proporciona la mayor cantidad de alimentos que consumimos a diario”.
Finalmente, reglamentarán la ley de seguridad alimentaria y de la recuperación de alimentos, la cual ha sido bautizada como “letra muerta” por las ollas comunes.
El problema del hambre juega en pared con tareas pendientes para combatir la malnutrición, considerando que antes de la pandemia le costaba 4,6% del PBI al país: US$10.584 millones, advirtió Trivelli.
El IGH 2023 propone mejorar las condiciones de empleo y garantizar salarios justos dentro de los sistemas alimentarios para que los jóvenes vean el sector como uno rentable y donde desarrollen habilidades profesionales; además de la incorporación de igualdad de género para acabar con las barreras en la educación y el empleo, puesto que las mujeres tienen carga mayor de trabajo no remunerado en el hogar.
Janet Ramos, dirección General de Políticas Agrarias del Midagri
“La agricultura familiar es la que proporciona la mayor cantidad de alimentos que consumimos, y hay un compromiso para implementar capacitaciones y asistencia técnica”.
PUEDES VER: Intercambio comercial de la región llega al 47% de PBI
Kaspar Schmidt, Helvetas Perú
“El conjunto de la inflación, crisis política y desaceleración económica ha llevado al país a un índice muy cerca del límite entre el moderado y grave. El panorama está preocupante”.