El precio del cobre registra una caída notable a su nivel más bajo en las últimas cinco semanas, debido a las preocupantes perspectivas de demanda en el principal consumidor mundial, China. En ese sentido, la atención se concentra en el deterioro del sector inmobiliario chino y en los desafíos de endeudamiento que enfrenta.
En la Bolsa de Metales de Londres (LME), el cobre de referencia muestra poca variación al operar en torno a los US$8.291 por tonelada. No obstante, previamente había alcanzado los US$8.251, su nivel más bajo desde el 7 de julio.
Cabe señalar que desde el 1 de agosto, los precios de este metal, utilizado en industrias como la energía y la construcción, han experimentado una caída del 7%.
En el centro de la atención de los operadores se encuentra la suspensión de la cotización de 11 bonos "onshore" por parte de Country Garden, el principal promotor inmobiliario privado de China, lo que acentúa el foco en el sector inmobiliario.
La empresa Widmer, especializada en el área, pronostica un ligero déficit en el mercado del cobre para este año, estimando alrededor de 253.000 toneladas, y un consumo global de 25.6 millones de toneladas, lo que representa un incremento del 1,8% en comparación con el año 2022.
En el ámbito de otros metales básicos, el aluminio registra una caída del 1%, situándose en US$2.513 por tonelada tras llegar previamente a US$2.152, su nivel más bajo desde el 10 de julio. Asimismo, el zinc presenta una pérdida del 1,7%, cotizando a US$2.356, mientras que el plomo disminuye un 0,2%, ubicándose en US$2.104. El estaño muestra una caída más pronunciada, con un descenso del 3,2%, alcanzando los US$25.600, mientras que el níquel se mantiene estable en US$20.210.
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Para julio, se registró una disminución en los nuevos préstamos bancarios en China, acompañada de debilitamiento en otros indicadores clave de crédito. A pesar de las medidas tomadas por las autoridades monetarias para reducir las tasas de interés y brindar apoyo a la economía en dificultades, la situación persiste.
Operadores y analistas aguardan los datos sobre producción industrial, precios de viviendas de inversión urbana y el Producto Interno Bruto (PIB) del país asiático, que serán publicados más adelante en la semana. Estos datos se buscan como indicadores que proporcionen pistas sobre la salud de la segunda economía más grande del mundo.